viernes, 28 de febrero de 2020

hablando

Creo que es absolutamente liberador poder hablar sin ningún tipo de filtro, sin ninguna pena ni temor por decir algo que no deba ser dicho; poder hablar de tu oscuridad, o de la parte que conoces, recibiendo por respuesta información que te permite continuar armando tu rompecabezas. 

Aunque es bastante complicado poder llegar a ese nivel de sinceridad luego de demasiados años archivando cosas y aprendiendo a fingir. Es algo muy complicado, dejar fuera de la puerta los prejuicios y las vergüenzas, que se resisten a irse y que al día siguiente puedes encontrar instalados como si nada hubiera pasado.

Es tan placentero hablar y hablar y hablar sin sentirte juzgado. Hablar e intentar desentrañar eso que acabas de sacar de quién sabe dónde, eso que creías haber olvidado, eso que salta y se muestra sin pudor.




lunes, 24 de febrero de 2020

1917


Quedé profundamente impresionado por la forma como Sam Mendes narró 1917. Y pienso, que si bien su película no obtuviera el premio a la mejor película, él sí merecía el de mejor director. Lo que hizo es  magnífico, y siento que se me queda corto el adjetivo. Veía totalmente extasiado el preciosista plano secuencia en que se cuenta la historia y no podía dejar de admirarme y de preguntarme, cómo diablos filmó esto este cabrón. 

Debo decir que fue hasta la segunda vez que la vi cuando me di cuenta de que la historia era presentada en un solo plano. Sin cortes. Y digo que es un plano secuencia porque los dos únicos cortes de toda la película ni siquiera se sienten porque aparecen completamente orgánicos en la estructura del filme.

Pero la forma como la cámara va y viene, acercándose y yendo hacia atrás dependiendo de lo que el director nos quiere contar le dan tal agilidad al plano que uno no se da cuenta de que la narración es continua y no hay un solo corte de cámara. Me gustaría mucho ver cómo la filmó Sam Mendes.

Además, creo que la película conecta porque es una historia simple y universal, de amistad y honor, de un humanismo en estos días difícil de encontrar cotidianamente.

En mi opinión es una joya.





sábado, 22 de febrero de 2020

entre tragedias

Siempre los pozos se tapan
después de ahogados los niños,
las vestiduras se rasgan
aunque las porten los pillos
porque llorar las tragedias
parece que da prestigio,
y mostrarte consternado:
ninguno ve tu cinismo.

Las redes tan peculiares
fingen clases de civismo,
todos tienen la respuesta
más sólo es pan con lo mismo,
la indignación del momento
trending topic del instinto,
pues sus actos cotidianos
no cambiarán ni tantito.

martes, 18 de febrero de 2020

tristes días de febrero

Es triste verte así, tan decaída; tan delgada, tan pequeña, tan ralentizada. Tú que no podías quedarte quieta, ni podías entender cómo tus Giles pudieran pasar tanto tiempo sentados jugando a cualquier cosa. Tú que recorrías las aceras tan deprisa, haciéndome sentir tan increíblemente lento, sin comprender de dónde venía tal rapidez.

Es tan difícil ver a la gran mujer que conocieron tus hijos, la que los llevaba y los traía a todos lados, la extraordinaria vendedora a la que nos acostumbramos a ver siempre reconocida, siempre con los máximos honores. La que logró cada cosa que se propuso, la líder de tantas otras mujeres que pronuncian tu nombre con su admiración a flor de labios. La mujer que hizo creer a tu hijo más pequeño que las mamás no se cansaban, cómo no haberlo pensado, si la suya era incansable.

Es triste ver que estás muriendo. No me engaño, estás muriendo. Sólo quisiera que al hacerlo no sufras. Pienso que te mereces una partida sencilla y con el menor dolor posible, que has hecho demasiado por demasiada gente como para habértelo ganado. Aunque también creo que la vida no es justa.

Imagino a muy pocas personas que hayan logrado lo que lograste tú, que partiendo de la nada hayan hecho casi todo, que se pasearon por medio mundo, la mayoría de las veces sin gastar un centavo; pero vencer a la muerte es asunto complicado. Incluso venciste al cáncer, y la verdad es que en esos días nunca pensé que te nos fueras, cómo, si esta terca y decidida mujer logra todo lo que quiere. Pero el hijo de puta esperaba su venganza y te tomó por sorpresa.

sábado, 8 de febrero de 2020

un gusto agridulce

Más de una vez mi terapeuta me ha preguntado cómo me siento en el proceso de la terapia. Es algo difícil de explicar. Me siento contento pero muchas veces me siento incómodo, me siento satisfecho pero no me siento feliz. Todo al mismo tiempo. Y parece una absurda contradicción: ¿cómo puedes sentirte contento si sientes esa incomodidad? 

No lo sé. Es una satisfacción amarga la que siento en ese momento, pero una satisfacción a fin de cuentas. Aunque quizá una alegría más narcisista de lo que pienso.

También es emocionante ver cómo trabaja mi mente, observar los juegos de mi inconsciente y relacionar cosas que nunca hubiera imaginado que estuvieran tan estrechamente relacionadas. Descubrirme poco a poco. Ser el protagonista de lo que llamo La magia del diván. Con esa sonrisa y esa carcajada que aparecen como escudo de tantas cosas, o que dejo salir cuando parece que no puedo creer los límites que alcanzo en ciertos aspectos. Aunque algunas simplemente son cosas que no había visto de frente, pero sabía que existían.

Sigue siendo, como ya he dicho otras veces, el recorrido de un laberinto desconocido.