sábado, 30 de mayo de 2020

No sé si en algún momento Jackson Pollock cobró cierta notoriedad o si el haber conocido su nombre hasta ese momento únicamente se debe a mi gran ignorancia. Porque aunque sus bodrios se venden en miles de dolares su nombre no comparte popularidad con Dalí, Picassso o Van Gogh. La cosa es que en ese momento en que conocí su nombre y vi las cosas que hacía, ver sus supuestas obras me causó una cierta repulsión: ¿es en serio que el encargado de aventar pintura en estos lienzos es famoso?, ¿en verdad consideran una obra de arte estos adefesios que pudo haber hecho cualquier niño sin ninguna noción de pintura? La respuesta era sí, y además, que mi ignorancia era todavía mayor a lo que yo pensaba, o eso querían hacerme creer.

Y recuerdo también ciertos días en el taller de pintura al que acudía después de clases para relajarme dejar libre un rato mi vanidad, que por alguna razón, casi todos los asistentes comenzaron a aventar pintura a los lienzos, totalmente extasiados, como si estuvieran creando cierta maravillosa obra de arte. No lo podía entender. Nunca lo podré entender.

Y alguna vez lo externé en alguna plática con alcohol por medio. Son bastantes años de no poder creer que se crea que es arte lo que no lo es, lo que no hay manera que lo sea. Alguien muy cercano a mí dijo que lo que Pollock había hecho era arte simplemente porque eso (esa mierda) no lo había hecho nadie antes. ¿Es en serio? pensé incrédulo.

Y la verdad es que sólo contaba con mi pequeña opinión, con mis creencias más o menos verosímiles, pero sólo con eso.


lunes, 25 de mayo de 2020

Juegos poéticos

El divertido juego en el foro literario Ultraversal, donde aprendí a escribir versos, con mi entrañable Gavrí Akhenazi y mis amigas Carmen Jiménez e Idella Esteve.

Como buen metiche me colé al festín verbal:


Idella

Elige bien tus palabras,
no respondo de mí misma,
está mi espíritu en cisma
entre ilusiones y enojos.
Tengo ya los iris rojos
y ardientes de tanta sal
por un "love" accidental
que me hechizó con su arrobo.
Era más que un "love" un lobo
que encontré para mi mal.

Y no quiero responder
porque ya tuve bastante
demencia en aquel instante,
antes de mi otoñecer.
Ni quiero desfallecer
al calor de tu mirada;
aquí no ha pasado nada
que no pueda remediarse.
No hay por qué desmelenarse,
la locura está acabada.

Gavrí

No me gusta hablar de amores
porque tengo que inventar
que no soy del lupanar
y que adoro los rubores.
Hablar de ramos de flores,
de muchas cosas bonitas
y escuchar las musiquitas
del violín del corazón.
Se rebela mi razón:
en amor, todo son cuitas.

A veces, nos confundimos,
pensamos: "Esto es eterno"
y de eternidad a infierno
nos timan todos los timos.
Jubilosos nos hundimos
en aventuras extrañas
donde apuran las arañas
a envolvernos la quimera.
Por ansiar paz duradera
nos devoran las entrañas.

Idella

Una vez fui enamorada
a quien cegaron con rosas,
bombones y muchas cosas
para tenerla alelada.
Me viene bien la payada
a fin de sacar la espina
que tengo como inquilina
desde aquel tiempo nefasto,
a ver si voy dando abasto
a subir mi adrenalina.

Este hundimiento que siento
no ha de ser eternidad
pues he llegado a una edad
donde no hay abatimiento.
Acabó mi embobamiento,
tengo mis 69
-aunque el sexo no me mueve-
que me hacen ser comedida
a esta altura de mi vida
ante la pasión aleve.

Carmen

Es tan penoso opinar
sobre cuestiones de amor
si se recuerda el dolor
con que suelen acabar
quereres que al comenzar
abren las puertas del cielo…
Pues amar es un anhelo
que promete el infinito,
pero porta un meteorito
de estalactitas de hielo.

Gavrí

Ay, la pasión, la pasión,
la que juega a la metralla,
y nos corta con cizalla
las capas del corazón.
Nunca he sido remolón
en asunto de polleras
ni flaco de entendederas
cuando alguien me tira un galgo.
No me va jugar de hidalgo
al bajar la cremallera.

Mi perdición, las mujeres...
eso sí, tengo mis gustos;
después de unos cuantos sustos
sé cómo hacer los deberes.
Y entendí que mis placeres
adquieren un derrotero
más fecundo y más sincero
si dejo volar la mente.
La mujer inteligente
me despendola el te quiero.

Idella

Si el amor trae un meteorito
de estalactitas de hielo,
le contrapongo el deshielo*
amén de un cortocircuito.
Es en el cielo diablito
que se empeña en armar guerra
y a causar dolor se aferra
para divertirse un poco.
El amor es como un loco,
es averno, cielo y tierra.


En los asuntos de amor
la mente que vuela es buena,
anclándose se envenena
o se quema en el ardor.
Pienso que es mucho mejor
no tener que controlarse,
para qué hay que limitarse
a bajar la cremallera;
no es óbice la pollera
si uno pretende excitarse.

Pero ¡mira tú qué cosas
a estas horas se me ocurren!
Por la mente me discurren
unas ideas fogosas,
unas ansias abundosas
de sentir dulces placeres
no punzantes alfileres
que me pincharon la vida.
Quiero dar la bienvenida
a amantes amaneceres.

Gavrí

La vida, con su abundancia,
propone un ancho abanico,
insulso a veces o rico
en lo que reclama el ansia.
Luego, tomada la instancia
de vivir como se quiere,
con la experiencia se adquiere
una cierta indiferencia.
Vivir se vuelve una ciencia
por más que el amor prospere.

Todo se mira distinto
porque se pesa y se mide
con los ojos del que pide
moderación al instinto.
En el propio laberinto
se enreda el hilo que guía,
y se alza en su carestía
lo proyectado en los sueños.
Para vivir sin diseños
es que existe la utopía.

Idella

Una vida de pareja
puede matar los amores
cuando no todo son flores
y se presenta la queja.
La convivencia es compleja
cuando ya, en última instancia,
solo existe tolerancia
donde antes hubo amor,
aunque puede ser peor
usar la beligerancia.

Se ponen paños calientes
y un poquito de dulzura
para calmar esa agrura
de corazones dolientes.
No son dos indiferentes
que acaban de presentarse,
y pretenden afanarse
para encontrar una vía
donde acabe la agonía
que los lleve a divorciarse.

Carmen

La utopía, bello nombre
diseñado por un sueño
que ha de quedarse pequeño
mientras no se apreste el hombre,
con su renuncia o su empeño,
a cambiar la realidad.
No basta oir la beldad
de los cantos de sirena
hay que bajarse a la arena
a la hora de la verdad.

Idella

Allá, donde la utopía,
no se admiten inmigrantes
y todos sus habitantes
cuidan de su geografía.
Pecan de gran cobardía
amparándose en un sueño
que aunque bonito es pequeño,
escapan de realidades
y cuando ven las verdades
las tratan con gran desdeño.

Carmen

Allá y en mi tierra hidalga
cuecen habas en puchero
"lo mío para mi quiero
salga el sol por donde salga
y que mi argumento valga
con razón o sin razón" .
Mas volviendo a esa pasión…
a las razones es ciega,
y su premisa navega*
por los mares de Ilusión.*

Igual son ciegos son los ojos
cuando la pasión los cierra.
Quién sabe si el cuerpo yerra
cuando se postra de hinojos
ante los destellos rojos
del fuego que lo consume.
Quién de ignorarlo presume
si promete despertar
tan fieras ganas de amar
aunque la razón lo inhume.

Gavrí

Donde no se cuecen habas
morirá el pueblo de hambre
que aunque el chisme dé calambre
siempre existen malas babas.
Las lenguas no encuentran trabas
en ninguna geografía
para endilgarle a una tía
algún asunto feroz.
Cuando el amor da una coz,
en la plaza, algarabía.

Y a veces, los sentimientos
se desdibujan, disecan,
como cáscaras se ahuecan
hueros de renacimientos.
Vuelven grotescos intentos
aquella emoción antigua,
más árida, más exigua,
como un walking dead perdido
ni comido ni dormido
que la muerte no apacigua.

¿Nos salvará un sucedáneo,
un placebo de trinchera,
la boca camandulera
de algún amor momentáneo?
O seremos el foráneo
sobre cualquier territorio
siempre en plan exploratorio,
toco y me voy, cero lola.*
Más que amante una cabriola
sin amor, solo jolgorio.

Idella

No hay sucedáneo que pueda
con el sabor genuino,
no es el mosto como el vino
y no todo el barro es greda.
Una duda que me queda
es, si llega la ocasión,
o dar gusto a la emoción
y entregarse a la locura
o ser monja de clausura
que evita el acelerón.

Y hablando de la utopía,
que es un tema que me place,
utópico es el enlace
del amor con la alegría
cuando hay tanto de agonía
como momentos felices.
No todo es comer perdices,
como terminan los cuentos,
cuando precisas de ungüentos
para cerrar cicatrices.

Gilo

Yo pienso que del amor
cualquiera puede escribir
pues basta con recibir
la cosquilla de un primor.
La espina del desamor
también te puede alentar
a ponerte a argumentar
sobre tristezas y penas
de aquellas de cortar venas
para aquel amor borrar.

Carmen

Tal vez Idella prefiera
contigo el menage a "truá",
Gildardo. Jugar al guá,
no niego que me cupiera
si me tornara soltera,
que no es óbice la edad
para que la soledad
haga de su capa un sayo.
Pierdo la rima, me callo, *
jugad, muchachos, jugad.

Gilo

¿Lo del menage es un trío?
Suena muy emocionante,
para muchos excitante;
mas te juro no es lo mío.
Caramba, yo desvarío
en los brazos de una dama
que me permita en su cama
retozar sin refrenarme,
con riesgo de enamorarme
al terminar nuestra trama.

Idella

Esto, que empezó en un trío,
se ha convertido en cuarteto
entro en pánico completo
por tan grande desafío.
Se forma en mí un desvarío
que apela al abracadabra
porque no encuentro palabra
que me ayude a competir.
Estoy lerda en el decir
y más loca que una cabra.

Gavrí

Se solucionó sencillo
hacer el 69
ya que otro galán se atreve
al "mira que aquí te pillo".
Ya ninguno es un chiquillo,
todos llevamos mochila,
cuando no una retahila
de sinsabores en duelo.
Reírse, el mejor consuelo
que a tanta pena deshila.

En mi haber: cuatro divorcios,
dos veces viudo, un harén
que desdeño (en mi desdén
por las juntas de consorcios).
-¡Que mierda esta rima en "orcios",   
hago aquí la salvedad-.
Decía, que ya a esta edad,
estoy pasado de orgía
por eso busco a porfía
aprender serenidad.

Aunque confieso, señores,
que es más difícil que el turco
y que porfiando en el surco
me va genial en amores.
Será que los sinsabores
también son una aventura
que brota con toda holgura
en el terreno propicio.
Ya sé que lo mío es vicio.
Disculpen mi catadura.

Carmen

Por Dios, Gavrí, qué locuras
te pasan por la cabeza,
¿cachetes a estas alturas
a dos señoras maduras?
Calla, calla ni lo nombres,
qué cosas teneis los hombres
puestos a fantasear,
¿no es más dulce regalar
requiebros en el oído
que nos privan del sentido
y nos preparan a amar?

Gavrí

Yo soy de poco requiebro,
me cuesta zalameriar
porque tiendo a conversar
cerebro contra cerebro.
Laberinto que atenebro,
-mucho monstruo y cucaracha-,
mi mente es una covacha
fugada de un cristal roto.
Sapiosexual, nombre ignoto:
mucho seso, poca facha.

Idella

Para el menaje "la Idella"
ya tiene el de la cocina,
sus guisos son cosa fina
¡no te digo la paella!
Si te saca la botella
de un buen Ribera y jamón
en el plato, con melón,
no se precisará el sexo:
el goce entrará en el plexo
camino del corazón.


Aunque somos avezados
en los lances del amor
creo que es mucho mejor
continuar ilusionados.
Que no hay vicios ni pecados
al llegar a cierta edad
en dejar la frialdad
y sentirse calentitos,
ya no somos angelitos
ni buscamos castidad.

Pero si digo verdad
y si me dan a escoger
quiero yo en mi atardecer
un hombre de calidad.
Con belleza o fealdad
quiero que mire de frente,
que tenga llena la mente
y que amenice mis horas
nocturnas, y en las auroras,
su palabra inteligente.

Gavrí

Vivimos tiempos vacíos
de acción y de pensamiento,
solo habitar el momento,
solo compartir hastíos.
Un tiempo en que los impíos
medran bien, no dan la mano
y el prójimo no es hermano
sino un estorbo en la vida.
Con la historia ya perdida
sin amor ni ser humano.

Se secan los sentimientos,
la palabra se licúa,
y concertina de púa
se vuelven los pensamientos.
Ya no quedan más intentos
para hablar de algún valor
ni siquiera del dolor
que nos recibe gustoso.
Perdón por no estar jocoso.
Hoy no juego a ganador.

Luego pienso que he arribado
con las velas mal zurcidas
a sirenas prometidas
y su canto me ha estafado.
El puerto no es el soñado,
está tan lleno de nada
que su propia tufarada
quema el árbol y el cangrejo.
Su borroneado bosquejo
es una postal manchada.

Carmen

Miras con ojos cansados
todo cuanto te rodea.
Algunos, ¿equivocados?,
amamos sin ser amados,
y contra viento y marea
porfiamos en la pelea
de convertir agua en vino.
Parece ser nuestro sino
ir a buscar manantiales,
sin celebrar esponsales
con cada flor del camino.

Y al regresar a aquel puerto
por el que hizamos las velas,
tan mal zurzidas sus telas,
con tal semblante de muerto,
cómo encajar en un huerto
de florida primavera
si somos una quimera
que solo cabe en el sueño
de un empecinado empeño
donde nadie nos espera.

Gilo

Idella lleva razón
que la fiesta sea en la mesa
y un tequila con presteza
sacaré de mi cajón.
La rubia tiene sazón
debe armar "buenos venenos"
platos que nos dejen plenos
la panza y el corazón,
pues ya dicen con razón:
las penas con pan son menos.

Idella a Gavrí

Para borrar los vacíos
habrá que llenar el tiempo
sin que sea un contratiempo
el navegar por los ríos.
Sordos a los griteríos
y los cantos de sirenas
enterrando en las arenas
toda la mierda del mundo
y que de este asco profundo
nos crezcan las azucenas.

No está la guerra perdida
contra los actos impíos
son nuestros los desafíos
para mejorar la vida.
No está la historia perdida
si caminamos unidos,
no seremos los vencidos
ni infructuosa la batalla
si nuestra boca no calla
la palabra con balidos.

Y llegaremos a un puerto
con las velas ya dispuestas,
con cañones y ballestas
que maten el desconcierto.
Quedarán al descubierto
los malditos insolentes
derribaremos, valientes,
a la casta de villanos
comprometiendo las manos,
y seremos concluyentes.
Idella a Carmen

¿Dónde queda la ilusión
si nos sentimos cansados?
Hay que estar ilusionados,
hay que alzar el pabellón.
Hay que poner corazón
para lograr nuestro empeño
que no sea sólo un sueño
que transcurra por la mente,
hay que luchar el presente
por un futuro halagüeño.

Idella a Gilo

De buen guisar tengo fama,
te lo puedo asegurar
y lo voy a demostrar:
del fogón soy la madama.
Soy más buena que en la cama
y levanto más pasiones.
Mis salsas son bendiciones
que se ingieren por la boca
y una alegría provoca
que incita a cantar canciones.