jueves, 17 de diciembre de 2020

Coincidencias

Cuando yo estudiaba el segundo año de la escuela primaria, los Pieles rojas* de Washington apalearon a los Broncos de Denver en el Superbowl (qué quieren, tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos), y los adopté como mi equipo favorito de lo que acá llamamos futbol americano. Veintisiete años después, los Broncos volvieron a ser vapuleados, pero ahora a manos de los Halcones marinos de Seattle, que fueron acogidos por Gil como su equipo predilecto. Por cierto, Gil también estudiaba el segundo año de la primaria.

Sólo una pequeña coincidencia. La fantástica coincidencia es que Gil disfrute igual que yo sentarse a  mirar un juego de "americano". Que le pueda platicar toda esa información que por alguna razón se ha quedado en mi cabeza y que me pide salir para aderezar el rato. Luego, supongo, lo haremos con unas cervezas.

Gil decía desde antes, que él también apoyaba a los Pieles rojas, en un claro apoyo hacia el equipo de su papá. Lo que me halaga mucho, sobre todo recordando que yo nunca elegí un equipo por ser el predilecto de mi padre. Digo, los dos le vamos a los Diablos, pero es el equipo de Toluca, y ninguno de nosotros es un malinchista local. Además, mi padre no es apasionado como nosotros en estos banales asuntos deportivos.

Y bueno, el domingo juegan Pieles rojas y Halcones marinos en un juego bastante importante para calificar a postemporada.

 


*Creo que para mí siempre seguirán siendo Pieles rojas.

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