Recuerdo muy nítidamente la primera vez que escuché "El problema" de Ricardo Arjona. No recuerdo el día ni el mes pero sí el momento preciso, si es que esto que escribo tiene lógica para alguien más. Venía de regreso de una reunión con mis amigos, una reunión bastante sobria (jaja) en ambos sentidos de la palabra. Creo que me tomé únicamente cinco cervezas antes de volver a la casa.
Y fue precisamente durante el trayecto de vuelta que en el radio sonó una melodía que jamás había escuchado, y segundos después, esa voz que tan bien conozco y conocía.
Y parecía que Ricardo sabía perfectamente cómo traía yo el alma en esos livianos días. Y entonces esos primeros versos me resultaron tan significativos y al mismo tiempo cargados de ese dolor dulce de la añoranza amorosa: el problema no fue hallarte, el problema es olvidarte; el problema no es tu ausencia, el problema es que te espero; el problema no es problema, el problema es que me duele...
Luego el estribillo pierde fuerza aunque tiene sus cosas punzantes. Luego compré el disco y es uno que me encanta escuchar; hay muchísimo extrañar en esas canciones.