Dice alguien en cierta sobremesa: ya no se dice pirrurris, ahora se dice fifí. Los demás asienten, al parecer divertidos. Y escuchas a casi todos buscando la manera de meter con calzador en alguna frase, en cualquier momento, la mentada palabrita de moda: fifí. Palabra que serviría en un principio para nombrar a las personas con dinero y clasistas. Pero que ahora sirve para casi cualquier uso que se le quiera dar.
Pero pasa algo en este México del siglo XXI, en este México de búsqueda de likes, viralización de videos y deseo por copiar cualquier pendejada que se popularice: la gente hace imbecilidades ridículas con tal de sentir que el manto de la fama los roza al menos por unos minutos.
¿Por qué usar palabras viejas si se puede alardear usando las que están de moda?
El término Godínez surgió como un sustantivo despectivo para etiquetar a ciertos personajes algo ñoños que laboran como oficinistas. Palabra que hacía eco de aquel Gutierritos de la época de la juventud de mis padres. Y era eso, un término despectivo.
Pero los millenials quieren participar en cualquier cosa que aparezca y de la que se hable siquiera un poquito. Así que todos se autonombraron godínez para no quedar fuera de lo que se supone es lo "in". Pasa igual con millenial.
Apareció luego otra palabra para designar a ciertos personajes que se resisten a envejecer, cuarentones que se siguen vistiendo como si tuvieran todavía veinte y que frecuentan antros de "chavos" porque ellos todavía lo son; siguen en la onda. El vocablo parece muy elocuente: chavorruco.
Y entonces pareciera que todo mundo quiere ser un chavorruco, y ahí están jovencitos de veinticinco nombrándose con el adjetivo de moda, llorando su desgracia de sentirse viejos. O ves a treintones sin pizca de jovialidad etiquetándose de igual manera por aquello de lo chavo. Luego pienso, lo de ruco te queda, bastante. Lo de chavo, ni tantito.
Qué hacer, la moda es la reina.
Pero pasa algo en este México del siglo XXI, en este México de búsqueda de likes, viralización de videos y deseo por copiar cualquier pendejada que se popularice: la gente hace imbecilidades ridículas con tal de sentir que el manto de la fama los roza al menos por unos minutos.
¿Por qué usar palabras viejas si se puede alardear usando las que están de moda?
El término Godínez surgió como un sustantivo despectivo para etiquetar a ciertos personajes algo ñoños que laboran como oficinistas. Palabra que hacía eco de aquel Gutierritos de la época de la juventud de mis padres. Y era eso, un término despectivo.
Pero los millenials quieren participar en cualquier cosa que aparezca y de la que se hable siquiera un poquito. Así que todos se autonombraron godínez para no quedar fuera de lo que se supone es lo "in". Pasa igual con millenial.
Apareció luego otra palabra para designar a ciertos personajes que se resisten a envejecer, cuarentones que se siguen vistiendo como si tuvieran todavía veinte y que frecuentan antros de "chavos" porque ellos todavía lo son; siguen en la onda. El vocablo parece muy elocuente: chavorruco.
Y entonces pareciera que todo mundo quiere ser un chavorruco, y ahí están jovencitos de veinticinco nombrándose con el adjetivo de moda, llorando su desgracia de sentirse viejos. O ves a treintones sin pizca de jovialidad etiquetándose de igual manera por aquello de lo chavo. Luego pienso, lo de ruco te queda, bastante. Lo de chavo, ni tantito.
Qué hacer, la moda es la reina.