sábado, 14 de diciembre de 2019

Apariciones II

Volvió a aparecerse un Cristo grosero en las paredes del pueblo. Una nueva blasfemia para la mayoría. 

Aunque aquel primer dibujo obsceno no duró en las paredes más que dos días, al día siguiente el pueblo amaneció con nuevas impresiones de la blasfema imagen. Don Juan señaló con afán educador que no importaría cuantas veces se borrara la imagen, seguiría apareciendo porque tenía un mensaje.

Y aunque casi nadie parece hacer caso a lo que diga el viejo, algunos "propietarios" de la blasfemia la dejaron en sus paredes como uno más de los decorados forzosos que adornan el pueblo.

Coincidió que esta nueva imagen apareció tras la fiesta de la Virgen de Guadalupe, lo que encendió la chachara del terco Juan y su discurso anticuetes y sobre la molestia divina por el despilfarro, el escándalo y la contaminación. Aunado al cochinero dejado alrededor de la iglesia por los taimados feligreses.

Yo que no creo en esas cosas pienso que el "artista" se enteró de la discusión aquella sobre el exceso de los cuetes y le pareció buena idea estampar la nueva imagen ese día.


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