miércoles, 28 de agosto de 2019

Romance inútil a la muerte



La muerte llega otra vez,
-no debiera ser sorpresa-,
de hecho nunca está lejos
pero llega y nos aterra;
cual si fuera el mismo diablo
el que saluda sin pena.

Llega siempre tan pausada
impasible, tan serena;
no tiene prisa, sí calma,
el tiempo juega con ella.

La divierten nuestros gritos
se regodea en las quejas,
y aunque sonriendo se mofa
de nuestra infantil rabieta,
tantas veces se pregunta
el origen de esta treta
en que se descalifica
la razón de su existencia.

Si ella es la única justa
la que nunca se vendiera,
la implacable, la imparcial,
nuestra insobornable jueza;
la que no entiende reproches
ni llantos que chantajean.
Pues la muerte es el contrato
lo único que nos queda,
y que a todos nos hermana,
lo que seguro nos llega.

También lo que desde niños
en sueños nos atormenta.
Y por eso nuestros miedos
y por eso tanta pena,
el desastre que aparece
cuando menos se la espera;
la incongruencia de pensar
que la vida será eterna.



5 comentarios:

  1. ¡Muy bueno, Gildo! La muerte es un personaje muy literario, da para grandes desahogos preguntas filosóficas. No le tengo miedo, ya no, a veces pienso en ella como un alivio.
    Un abrazo lleno de vida, querido amigo.

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    1. Recuerdo a mi abuelita diciéndome que todos los días le pedía a dios que ya se la llevara. La muerte llega a ser un alivio, es verdad. Los primeros versos de este romance salieron en el funeral de un tío de Gil, un tío de su mamá, luego de haber hablado con él de que quizá el problema era esa negación que toda la vida hay hacia la muerte.
      Y bueno mi querida Mire, ya voy aprendiendo :)

      Beeeesos y abrazos.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me gustó Gildo.Mirella siempre tan sabia. Abrazos

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    1. Es cierto, los años le han dado muchísima sabiduría. Muchas gracias :)
      Abrazos.

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