viernes, 16 de abril de 2021

perspectivas

Uno de los argumentos que esgrimen quienes están contra el aborto, es que esos bebés que no son deseados por sus madres sean dados en adopción a alguna pareja que no pueda concebir sus propios hijos. Su objetivo máximo es, dicen, salvar la vida, y de esta manera las reticentes futuras madres no se convertirán en asesinas, como también gritan fervorosos.

El argumento parece tener bastante coherencia. Hay un bebé que alguien no quiere y existe quien sí lo desea. Parece que las piezas se ensamblan bien.

Pero luego de leer el último libro que leí el año pasado, "Philomena", no me parece que dar en adopción a un niño sea una gran idea.

La película basada en las páginas del libro de Martin Sixsmith se centra en la búsqueda que emprenden Philomena y Martin de aquel niño que le fue arrebatado hace tantos años. A mí me parece bastante buena: emotiva, interesante, trágica, con la maravillosa Judy Dench en el papel de la desdichada madre. Pero en el libro, de casi 600 páginas, lo que el escritor relata casi en su totalidad es la vida de Anthony Lee, el hijo de Philomena.

Y es mediante la lectura detalladísima de la vida y la intimidad de Anthony, renombrado Michael, que puede uno darse cuenta de lo desdichada que ha sido su vida por el único motivo de haber sido adoptado. No importa todo lo exitoso que haya sido, lográndose meter en el círculo más íntimo del partido republicano, su vida posee un vacío existencial que nunca se va.

Dice Martin que hay estudios que demuestran que esta situación es común entre personas adoptadas, sentir un rechazo eterno luego de haber sido rechazados por su propia madre; esa persona que se supone es quien más te querrá. No importan todos los éxitos de Michael, nunca deja de sentir que no se merece lo que tiene, incluido el amor.




2 comentarios:

  1. Has tocado, amigo, un tema muy delicado y que daría para mucha controversia. Como bien dices, parece lógico y sensato que alguien que no desea criar a un hijo no deseado, lo entregue en adopción y así darle la oportunidad de que otra familia lo acoja, lo cuide y lo quiera como si fuera su hijo biológico, pero hay muchas circunstancias que pueden afectar al buen desarrollo psicológico de ese niño. Pero también es duro que, mientras hay padres deseosos de tener un hijo no puedan, otros se desprendan de la criatura que sí han podido concebir.
    Un abrazo.

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    1. Esa idea me parecía sensata, pero al estar leyendo esto me puse a pensar en cosas.
      Sí son temas delicados, pero como me dijiste hace poco, escribiendo aquí podemos decir lo que queramos.
      Abrazos Josep

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