miércoles, 20 de julio de 2022

Fenómeno

Cuando me volví aficionado al beisbol, hace ya demasiados años, comencé a escuchar historias de gestas heróicas y de jugadores increíbles que las habían realizado, y a reverenciar a hombres que en su mayoría llevaban ya muchos años muertos. Y entre todos esos ídolos resaltó uno, quizá el más grande, el más famoso seguro: Babe Ruth, el Bambino.

Y entre todo lo que se contaba de George Herman Ruth, resaltaba un hecho extraordinario, comenzó su deslumbrante carrera lanzando y bateando. Y al parecer no era un lanzador cualquiera, sino extraordinario. De sus proezas con el bat saben incluso quienes jamás han mirado un juego de beisbol, así de grande es su leyenda. 

Pues bien. Hace tres temporadas llegó a Grandes Ligas un japonés con esa extraordinaria característica del Bambino: ser un gran lanzador y un gran bateador. Shohei Ohtani es su nombre, y sus proezas con la bola o el madero nos siguen asombrando. Pienso luego de ver sus hazañas que le han dado erroneamente el adjetivo de fenómeno a tantos otros. Claro que no a Charlie Ward, Deion Sanders o Bo Jackson.

Esta es su tercer temporada y Shohei sigue lanzando y bateando como los mejores. El año pasado sus estadísticas estuvieron entre las de los mejores pitchers y junto a los mejores honroneros. Y por supuesto que fue nombrado el Jugador más valioso de la Liga Americana. Es algo que nunca creí ver, y que no es la flor de un día, el señor Ohtani sigue sacando la pelota de los parques y ponchando rivales como el mejor.

Y a pesar de todo esto, apenas hace unos días lo pude ver jugando un partido. Sí, lo había visto volndo la pelota y ponchando bateadores en resúmenes deportivos, sobre todo hace tres años, cuando volteó todos los ojos de los aficionados hacia él. Pero como no juega en un equipo de gran cartel son pocos sus partidos televisados. El año pasado iba a verlo pero cuando comencé a ver el juego Shohei ya había salido pues le dieron de palos desde la primera entrada, y en algo bastante peculiar, su manager debió manejar como se hacía antes en la Liga Nacional cambiando de pitcher cada que le tocara batear al lanzador de turno.

Pero bueno, por fin lo vi. De casualidad. Llegué al televisor poco minutos antes de comenzar el partido y al saber que él lanzaba me acomodé para verlo. Ponchó a más de 10 en seis entradas y produjo dos carreras con un triple. Ganaban 3-1 en la séptima.

Parece que quedan muchos años para seguir viendo al fenómeno japonés.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario