martes, 10 de diciembre de 2013

Navidad navidad


Desde que tengo memoria me gusta la Navidad. Me gustan todas esas cosas que acompañan a la Navidad: la familia reunida, las piñatas, los regalos, pedir posada, los villancicos en la escuela, el ponche, con o sin piquete; los árboles de Navidad, las películas navideñas, la nochebuena y el año nuevo, las vacaciones.

Es mi época favorita del año. La que añoraba de niño y sigo esperando de adulto. Y bueno, no es sólo la Navidad como tal, es el mes de diciembre completo. La fiesta del tío Mundo en Tepetzingo (diciembre 10), las gorras guadalupanas (un 12 de diciembre de hace como 17 años probé con mucho gusto la cerveza de barril), los convivios navideños y sus intercambios de regalos (a veces placenteros, a veces un martirio), las posadas, la Nochebuena y la Navidad, el año nuevo.

Siempre me gustó poner el arbolito. De niño lo ponía con mi hermano. Ahora creo que lo disfruto más, ahora lo pongo con mi hijo: a mi gusto se le suma verlo feliz, emocionado, tal vez entusiasmado por las fiestas venideras, las vacaciones, los regalos, los Reyes Magos.

A veces escucho personas quejándose por la joda que implica colocar todos los adornos navideños, o alardeando su disgusto navideño y su antipatía antisantaclós y antinavidad. Está bien, cada quien tiene sus gustos. Cada cosa tiene sus fans. Me parece que si de niño no lo disfrutaste o no te enseñaron a disfrutarlo, de adulto no lo hagas. A mi que desde niño me emociona, me emociona más ahora siendo padre, disfrutándolo con mi hijo.

El fin de semana pasado (29 nov- 1 dic) estuvo Gil conmigo, desde el jueves, ya que el viernes no tuvo clases. No recordaba que era el primer fin de semana de diciembre, fecha propicia para colocar el árbol. Lo recordé hasta el domingo después de comer. Así que le dijimos al Tito (su abuelo) que nos ayudara, porque lo tenía que llevar con su mamá un rato después.

Así que, aunque un poco a la carrera, y sin Nacimiento, pusimos el árbol y toda la demás parafernalia que adorna la casa. Escuchando música navideña, claro está. Y volvimos a disfrutarlo. Listos para lo que viene.desrdeando su disgusto navideño ys no hubo clases. No recordaba que era el primer fin de semana de diciembre, fecha propicia par




12 comentarios:

  1. Me encanta el relato navideño, lleno de recuerdos y de esperanza. Feliz Navidad.

    ResponderEliminar
  2. Son entrañables, de eso no hay duda. Lo mejor, los niños, sus ojos de futuro, su ilusión. Lo más triste, el recuerdo de los que se fueron que se hacen muy patentes en estas fechas.
    Hay que vivirlas como lo haces tú con tu hijo, dejando a un lado la tristeza y recuperando la magia de la infancia.
    Hay tantos que no pueden hacerlo que negarse a la celebración, pudiendo, es una afrenta a la vida.

    Qué hermoso tu hijo, Gildardo.
    Sé feliz con él.

    Namasté.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué razón tienes Morgana, qué tonto negarse a la celebración, pudiendo disfrutarla. Sabes, mi padre ha perdido a todos sus familiares directos en diciembre, pero yo no recuerdo haberlo visto triste alguna navidad, supongo que lo estará alguna vez, pero yo no lo he notado.

      Muchas gracias, si trato de serlo, que no hay mucho tiempo para eso.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Fíjate que a mi no me gustan, será el añadido de que este mes cumplo años. Jeje. Un saludo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues que le vamos a hacer. No a todos les gusta. Igual y con el bebé, no sé, ya veremos. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Respuestas
    1. Aún es pronto, pero igual para ti Jessica. ¡Feliz Navidad!
      Un abrazote

      Eliminar
  5. Cuando la navidad ha sido una fiesta entrañable, compartida por niños y viejos, donde todos participaban, se regalaban, cantaban y se divertían, se convierte en una cuesta difícil de coronar al cabo de los años. Cada arbolito, cada canción, cada luminoso, cada compra te recuerda a todos los que no están. Tantos ya...
    Decididamente puede ser una época bastante dura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón Luz, pero así es la vida. Unos se van, pero otros llegan. Un abrazo.

      Eliminar
  6. Somos un árbol que cada año va perdiendo más hojas, sus luces menguan en intensidad pero llega el milagro de los ojos estrella, la siempre motivadora mirada de un niño, sin importar su edad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bello lo que dices. Tienen magia los niños. Somos afortunados los que tenemos su amor. Feliz Navidad. Un abrazo.

      Eliminar