domingo, 14 de enero de 2018

Más prejuicios

Publiqué hace pocos días lo que había escrito mostrando una embarradita de los prejuicios de mi padre, para él, si alguien no es hombre ni mujer debe ser maricón. Y en verdad que es sólo una pequeñísima parte de la visión caduca que tiene y que parece no soltará hasta que deje de existir, y quien sabe, igual y su fantasma será un arcaico y prejuicioso espíritu. 

Sólo hay que verlo hablar sobre la tragedia de su tío al enterarse de que su hijo (primo de mi padre pero de unos veinticinco años) es gay. ¡Pero cómo pasó eso! Si el tío era tan machote y mujeriego. O hace no muchas semanas se refirió a la fealdad de una mujer por el hecho de ser gorda, a lo que yo cuestioné directamente si una mujer gorda no podía ser bella. Él fue claro al señalar que una mujer con exceso de kilos no puede ser atractiva (me quedé pensando que no conoce a Emma Bailey). ¿"Cómo va a ser guapa una mujer gorda"?

La verdad es que no creo que pueda hacerlo cambiar de opinión, y en este momento poco me importan las retrógradas ideas que tiene, pero quizá, un poco en mi afán por provocar, y aunado a mi inherente narcisismo me gusta decir fuerte y claro mis opiniones fuera de lugar con lo que él y mi madre piensan. Y sé que no van a cambiar de opinión pero al menos quisiera creer que pueden ponerse a pensar sobre el asunto y valorar las cosas que su irrespetuoso hijo ha dicho con más seguridad que con la que Tolomeo y sus cuates proclamaban lo plano del planeta.

No puedo hacer nada con las medievales ideas de mis padres pero sí mucho con las de mi hijo. Aprovechando lo mucho que me admira y me quiere. El inocente hace poco me dijo que era yo una especie de filósofo, lo que me hizo feliz a pesar de lo falso que es, pero qué hacer, sus ojos aún son esos y en ellos todavía me reflejo con mucho amor. Lo veo y lo escucho y me siento satisfecho al ver que se convertirá en una persona correcta.

Y también me pongo a pensar que si alguien puede mover las lápidas en la mente de mi padre es Gil. Él sí que tiene ese poder.


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