lunes, 22 de noviembre de 2021

Hay tantos días en que quisiera tomar el teléfono, buscar tu nombre en el whatsapp y saludarte. Preguntarte cómo estás, y todas esas otras preguntas programadas para esconder lo que quisiera saber pero que ya me convencí de no poder saberlo. Porque no lo dirás. Porque sería demasiado necio e ingenuo si me atreviera a preguntar lo que sé que no contestarás, porque no quieres o porque no crees que me merezco al menos eso.

Creo que desde que nos reencontramos en esas malas circunstancias no había pasado tanto tiempo sin saber uno del otro. O mejor dicho, tanto tiempo sin que yo preguntara por ti. Porque era yo casi siempre el que interrumpía tu día con un mensajito que en su obvia pregunta escondía todo el amor que seguía sintiendo por ti. Sí, incluso después de que me hicieras ver que ya no querías nada romántico conmigo. Porque eso no iba a hacer que dejara de quererte aunque pudiera seguir mi vida sin esa certeza que creía tener y que tan desalmadamente volviste a poner en mi corazón, aunque sabías que era una mentira que necesitabas contarme para que todo saliera como querías.

Y si las cosas no salieron como querías... para qué seguir mintiendo. Pero al menos creo que me merecía una explicación. 

Muchas veces pienso que no volveré a verte, aunque igual y me vuelves a necesitar. Y sabes perfectamente que ahí voy a estar, junto a ti. Si acaso no estoy ocupado. Seguro también lo imaginas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario