viernes, 26 de noviembre de 2021

de mi proceso

A pesar de que en los últimos años ha sido algo mucho más común, me sigue sorprendiendo la forma en que se llevan a cabo los procesos de creación en mí; iba a decir que en mi cabeza, pero no sé si sea el único lugar en donde se comienzan y se terminan de acomodar los elementos y las ideas que terminan siendo algo significativo.

Muchas veces me pasa que la primer idea que tengo no se parece nada a lo que termina siendo algo. Casi siempre ese primer impulso por crear algo va transformándose en el momento en que pongo manos a la obra (pocas veces mejor dicho). Pero ahora que lo pienso esto sólo se refiere a mi pintura, y en las dos veces que ha pasado, en los libros de artista, que aunque tienen dentro un poema, ya había sido escrito, así que nada tiene que ver con un proceso de creación.

Porque mi escritura es más inmediata. Tengo la idea de escribir sobre alguna cosa y cuando comienzo a teclear, las ideas se incorporan a lo que voy escribiendo, cuando hay suerte. En ocasiones más desafortunadas hay que estar rascando un poco o bastante más para que las palabras lleguen a la hoja virtual. Algo muy similar a lo que siento con los versos, que parecen salir cuando lo necesitan.

Pero como decía, me sigue maravillando la forma como ocurre el proceso, un proceso del que soy parte y del que a veces soy consciente hasta que ya está ahí frente a mí el resultado. Y es entonces que me doy cuenta que comencé a hacer lo que hice sin haberlo pensado. Es la obediencia a un instinto, es continuar por un camino que de pronto apareció y al que sin dudar me adentré.





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