Luego de más de un año, hice un segundo Libro de artista. Aunque sabía qué poema quería usar para ello, no tenía certezas sobre cómo lo iba a hacer. Hasta que aparecieron algunas.
El poema es este:
En la inmunda madriguera
de los tequieros fingidos
reposan besos caducos
de embusteros malcogidos,
junto a vírgenes suicidas
y párrocos reprimidos
onanistas delirantes
y adolescentes urgidos.
Ahí el amor se hace polvo
entre rencores y olvido
y los cariños cobardes
se sienten correspondidos,
futuros que nunca fueron
no dejan ni rastro exiguo
palabras de caramelo
se oxidaron en cinismo.
Los parasiempres fugaces
duermen con los espejismos
ilusionando tontuelas
junto a machos clandestinos
que creen que ninguna puede
resistirse a sus cariños,
los amores desechables
se desangran en el limbo.
Una obra estupenda y un gran poema que, además, tiene para mí el aliciente de tener rima, eso que ya está en desuso y que a mí me sigue gustando tanto.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
Muchas gracias Josep. La poesía rimada nunca pasará de moda, sólo que en estos tiempos, intentar hacer algo que requiera un esfuerzo es inadmisible.
EliminarAbrazos.
Son preciosos estos libros que haces, Gilo. No dejo de sorprenderme: una verdadera obra de arte
ResponderEliminarUn abrazo grande
Pues apenas es el segundo. Creo que valió la pena dejarlo macerar :)
EliminarEn verdad quedó lindo.
Te abrazo Alís.