miércoles, 18 de mayo de 2022

lo que se quiere


 

Es rico lamerse las heridas, de hecho llega a ser delicioso y adictivo. Hay un cierto gozo como el que sentimos cuando no podemos evitar volver a palpar con la lengua la llaga o el agujero dejado por el diente que se fue. Y entonces pienso en aquello de que a todos se nos da el masoquismo. Claro, a algunos mucho más que a otros.

Es delicioso saborearse una devastadora canción de José Alfredo Jiménez con las heridas del alma frescas. Un gozo extraño quizá, pero un gozo al fin.

Pero me parece una gran mentira lo que dice esta pancarta. A pesar de lo que afirmo, dudo que alguien pueda querer eso, que una mujer deseada lo destruya.

"Yo quería que ella me amara", "yo quería que las cosas funcionaran con ella", "yo quería envejecer con ella", etc.

Porque el resultado cuando las cosas no funcionan y uno se entregó sin pensar en consecuencias puede ser ese, quedar destruido. 

Pero la cosa es que me gusta tanto estar contigo que no me importaría quedar completamente destruido si las cosas no resultan como quisiera; parafraseando a Susan Sontag: llevándote mi piel al irte.

Es simple, querer que las cosas funcionen con ella. Que nos amáramos a pesar de conocernos. A pesar de conocer las consecuencias del fracaso.

2 comentarios:

  1. Este escrito revela mucho de la forma en que afrontamos el dolor. Buena reflexión.

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  2. Nos encaprichamos tanto con el amor que olvidamos que es uno más de los disfraces del odio.

    Saludos,
    J.

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