Pienso que a nuestra edad hemos besado a bastantes personas como para que alguna beata se espante ante nuestra verdad, y para que podamos etiquetar unos besos de ¿increíbles?, ¿maravillosos?, ¿fantásticos?
El colofón de una tarde grandiosa y quizá el inicio de un gran amor. Todo puede pasar si uno está dispuesto a amar sin pensar en peros llenos de miedo y rencores.
Creo que cualquiera podría haber dicho que no era la primera vez que bailábamos. Mis poco hábiles pies no tuvieron trabajo para acoplarse a tu seductor ritmo, regodeándome en los roces y toques de nuestros felices cuerpos, con mis manos que parecen tan felices cuando rodean tu cintura. Y mis ojos cuando son correspondidos en los tuyos.
Tampoco puedo recordar el momento en que decidí besarte, pero esos besos no los podría olvidar. Diría que química es decir lo mínimo y no creo que exagere. Tus palabras lo confirman.
Y ante tan clara evidencia, ¿por qué no pensaría cosas? Lindas cosas.
El único beso del que hay que arrepentirse es del que nunca fue dado.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Ya a estas alturas se conoce de todo, desde los más sinceros y apasionados como de película hasta los inesperadamente graciosos, como los de choque de frenos con frenos (ortodoncia), o los de baba caída por accidente, jaja. Hay de todo.
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