lunes, 1 de abril de 2024

Me sentía tan a gusto que creía que podía decir lo que quisiera, que me podía expresar con total libertad, que podía ser yo mismo. Me equivoqué, al parecer no le simpatizaron mis más honestos pensamientos, esos que no son editados para no incomodar, o no incomodar tanto, porque es obvio que disfruto diciendo irreverencias.

Pero con él siempre me había sentido muy cómodo, tan agusto hablando de alguna película o de beisbol. Hasta que no fue así.

Y es difícil perder a alguien con quien uno se siente tan cómodo, donde uno puede ser quien realmente es.



3 comentarios:

  1. Decir difícil es, quizas, quedarse corto. No hay planeta, no hay universo donde quepan palabras, berrinches, pataletas, gritos que nos contega y nos contengan. Va un abrazo, Gildardo.

    ResponderEliminar
  2. A veces hay pérdidas inexplicables e irreparables ante las que solo nos queda la resignación. Además, esas pérdidas son recíprocas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Te comenté en esta entrada y desapareció. Si tú no la borraste, búscala en spam de comentarios.
    Puede ser que se haya ido hacia allá.
    Saludos.

    ResponderEliminar