sábado, 1 de septiembre de 2018

confianzas


En uno de los últimos escritos del blog de Isaac Belmar habla sobre la confianza y la escritura, sobre lo dañino que se vuelve tener confianza absoluta sobre lo que se teclea. 

Porque dice muy bien también, muchos de los que creamos carecemos de confianza, y somos incluso pesimistas sobre el resultado de a lo que le hemos invertido horas. Ya he mencionado alguna vez que lo que me había alejado de comenzar a escribir un blog era esa persuasiva desconfianza sobre lo bueno que podría ser lo que iba a escribir. 

Hay una popular frase atribuida a Bukowski (en estos tiempos ya no se sabe si ese que dicen que dijo algo en verdad lo dijo) sobre la confianza de los estúpidos y las dudas de ¿los inteligentes?, que también sirve de trampolín para que muchos quieran ponerse el disfraz de inteligentes o de cosa parecida. Volviendo a algo que recién tecleaba, yo me identifico en lo de la falta de confianza y el abundante cultivo de dudas.

Al menos en cuanto a escribientes de redes sociales estoy completamente de acuerdo con Isaac y con Hank: he visto textos ridículos y torpes en personas que se proclaman escritores a los cuatro vientos y por todas las redes sociales existentes; también insulsos versitos, feos y parbularios en autocelebrados poetas; ambos con la confianza redoblada por algunos likes y halagos huecos. Y claro, un ego desbordado.

Dejo aquí unos párrafos de Isaac con los que me siento identificado:

"Otro par de amigos vino a decirme –no les faltaba razón–, que se habían enterado por terceras personas de que había sacado libro nuevo. Que por qué no me promociono y lo grito y spammeo como todo hijo de vecino.

Principalmente, porque soy un pragmático, y también volvemos sobre lo de introvertido. Pero, principalmente, es pragmatismo. Y es que no funciona, excepto para que tu primo de Guadalajara ponga los ojos en blanco.

Aspiro a ser leído, no vendido, que parece lo mismo, pero nada más lejos. No voy a hacerme rico y no va a marcar una diferencia que, gente que me conoce, o a la que caigo bien por un insondable misterio, compre mis libros por simpatía o porque es lo que hay que hacer por los amigos. Si luego se queda en el estante, el par de euros de regalía representan un fracaso.

¿Y si es miedo, o falta de confianza, vestidos de excusa?

Siempre hay algo de eso en la fórmula de todo lo que hacemos, que soy un hipócrita, pero no tanto como para decir que no sea así en parte.

Mi opinión es que la confianza está sobrevalorada y, de hecho, probablemente será tu mayor enemiga si tu objetivo es escribir bien".



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