domingo, 3 de marzo de 2019

entre pendejos te veas


La vida es difícil, pero es más difícil si eres pendejo, dice Odin Dupeyron. Alguien más, dijo que si lo pendejo doliera todos viviríamos en un grito. No sé quién habrá sido pero parece acertado el diagnóstico: todos. Y otro ha dicho también, que para pendejo no se estudia. O sea que, resumiendo, la mayoría estamos jodidos y nada radiantes.

Y es que cuando miras a la humanidad (que tiene demasiada poca humanidad, en lo que se supone que la palabra significa), cuando te miras al espejo y no tuerces la mirada, sí, eso parece. Somos unos pendejos.

Hay que aclarar para los compañeros sudamericanos, que cuando digo pendejo  lo digo como sinónimo de imbécil, no como sinónimo de chiquillo. Porque aunque Lennon dijo acertadamente que dentro de cada hombre hay un niño (i know you understand the little child inside the man), este no es el caso.

Creo que ser pendejo es parte de nuestra naturaleza, aunque hay quienes se pasan de pendejos, y eso ya es decir bastante. Recuerdo a cierto entrenador de beisbol que de la nada llegó a querer deslumbrarnos con sus historias fantásticas; una vez que enseñó el cobre, nuestro querido Don Rigo (nuestro entrenador) nos señaló que ese señor había nacido el día de San Pendejo. Entonces lo entendimos todo.

Entonces uno va por la vida pendejeando. A veces mucho, a veces poco, pero siempre topándonos con pendejos que sobresalen del resto.


2 comentarios:

  1. Hay de todo bajo el sol, lamentablemente, siempre sobresalen los peores.
    Un gran abrazo y beeeso, querido Gildo.

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  2. Pues sí mi querida amiga. Gracias por estar.
    Abrazos y beeesos.

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