viernes, 7 de junio de 2019

de libros y autores

"Un autor no escribe cualquier libro. Escribe el que quiere leer y no encuentra en ninguna parte."

Pienso en autor en términos cinematográficos: Woody Allen o Wes Anderson son autores, su firma es palpable en los fotogramas de sus filmes. Y entonces sí, un autor escribe lo que no existe, o al menos le da una vuelta al tornillo, tan rebuscada, que pareciera que habla de lo que jamás nadie habló.

Siempre he estado en desacuerdo con los que dicen que ya todo está escrito. Cada pocos años aparece algo que nos hace babear nuevamente mientras extasiados nos preguntamos cómo diablos se le ocurrió eso a este cabrón o a esa cabrona.

Pero creo que la frase de Roa Bastos no refiere a un autor como a un escritor consagrado sino a ese que se busca y se encuentra, o al menos a una parte de él, entre las letras que va hilando; ese al que cierta necesidad personal llevó a escribir eso que tenía que escribir. Sin importar cuantas veces haya sido escrito.

Y creo que las verdades que a todos, o a una buena parte de nosotros, se nos desparraman son básicamente las mismas. Y ahí vamos de necios, con nuestros pobres recursos, buscando decir eso que otros miles han dicho y que otros tantos han podido decir como nos hubiera gustado decir a nosotros. 

La frase me parece linda, pero de esa lindura simplona que al poco rato ha perdido la gracia. ¿En serio se ha buscado por todas partes ese libro que dice lo que suponemos nadie más ha dicho?


6 comentarios:

  1. Querido Gilo, yo siempre encuentro autores que me sorprenden, no por lo que dicen, sino por cómo lo dicen, independientemente de la metáfora que pueda encerrar la novela en su totalidad. Me pasó con muchos clásicos latinoamericanos como: García Márquez, Rufo, Isabel Allende, Cortázar, Bolaños; con cubanos como: Carpentier, Lezama, Virgilio Piñera, Ezequiel Vieta, Onelio Jorge Cardoso, Guillermo Rosales, Leonardo Padura, Zoé Valdés, Wendy Guerra, Abilio Estévez, Reinaldo Arenas, Senel Paz, Jesús Díaz; con españoles como: Alberto Méndez, Dulce Chacón, Almudena Grandes, Luis Landero, Juan Marsé, Juan José Millán; o con astros internacionales como: Murakami, Paul Auster, etc, etc. Y estoy seguro que seguiré descubriendo autores que dicen de manera diferente, cuentan de manera diferente, y aunque estén narrando una escena mundana y banal, es como si la descubrieras por primera vez. Sabes con quién también me pasa eso siempre que le leo, con nuestro amigo común Gavrí Akenazi.

    Un fuerte abrazo, Gilo. Perdona la perorata y la ausencia. Mucho Aché.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto mi estimadísimo Ovidio, siempre vamos a encontrar escritores que nos sorprendan, sobretodo quienes hemos leído poco.
      Te agradezco la perorata y la visita que me ha alegrado bastante.
      Abrazos.

      Eliminar
  2. Coincido con Ovidio. Los temas que interesan son siempre los mismos: amor, odio, venganza, los siete pecados capitales y alguno más... lo importante es la mirada, cómo se los encara y el estilo personal que un buen escritor o cineasta pueda imprimirle a su obra.
    Buen domingo, querido Gildo, con beeeesos y abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, mi querida amiga. No importa de dónde vengamos nos interesan las mismas cosas.
      Te abrazo muy fuerte.

      Eliminar
  3. A partir de que todo somos únicos e irrepetibles la cosa está jugada. De ahí es que nadie podrá –o muy difícilmente podría– contar algo de la misma manera que cualquier otro, y es esta manera particular manera de concebir y contar las cosas las que vuelve un determinado autor asequible, querible o detestable para tal y cual lector. El escritor desarrolla su voz, su timbre, y con esa voz, timbre, es que se hace de lectores.

    Un abrazo, estimado.

    ResponderEliminar