miércoles, 13 de mayo de 2020

vida y muerte


Este ha sido un año complicado. Sólo ha transcurrido una tercera parte de él, pero ha sido muy amargo. Y claro, no me refiero a la pandemia. Esa parte se me ha quedado en segundo plano. 

En febrero cumplí cuarenta, y me organicé un pequeño festejo con mi gente, con mojitos y pizza. Pero el día primero velamos a mi querido tío Polo, y el día de mi cumpleaños mi madre recibió la última radiación de una serie de diez, de la que a tres meses todavía no se repone.

Mi madre está, es, como su deterioro corporal la deja. El cáncer y la metástasis ahí están, aunque nadie los nombre y pareciera que creen que si no los mencionan no existirán. Con pesar imagino que será un final todavía más largo, y por desgracia, para ella más doloroso. 

Y aunque no tenemos nada que decirnos siento que estamos en paz. Ya me encargaré yo del resto cuando pueda regresar al diván. 

Estos aciagos días del 2020 me han acariciado con amor y muerte, en una mezcla un tanto difícil de digerir, pero que he vivido como llegó. A veces pienso que soy egoísta y siento un poco de culpa cuando me veo chateando con una enorme sonrisa en la cara frente a mi cansada madre, pero pienso que son sólo culpas sin sentido. ¿Por qué habría de cerrarle la puerta al amor si me ha sacudido el alma?

Estoy completamente enamorado a la vez que triste viendo a mi madre postrada soportando tantas cosas. 

Ya esos primeros días de febrero me habían sacudido sacudido de igual forma, con la muerte y la vida asomadas a la misma ventana compartiendo la sonrisa. El día que se cremó mi tío festejaba dieciocho años mi primo Jesús, y estando en su fiesta, a la que en un principio no tenía ganas de ir, me dio tanto gusto verlo inmensamente feliz, lleno de amor, celebrando la vida.


6 comentarios:

  1. Las emociones no vienen de una en una, estamos inmersos en una sopa de ellas, y lo que nos causa pesar no tiene porqué evitarnos apreciar lo que nos trae paz, o felicidad.
    El año vino con amor y muerte, dices, y me parece que eso representa la vida. Podríamos concluir que este año vino muy vivo, tanto que nos sacude a todos por diferentes razones, más allá de una global que a todos nos toca.

    Un abrazo, Gilo

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    1. Precisamente pienso en vida, en vida amarrada ineludiblemente a la muerte. Cierto, las emociones llegan y no piden permiso.
      Abrazos Alís

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  2. Con el sacudón que estás pasando es casi lógico que la pandemia pase a un segundo plano.
    No sientas culpa, querido Gildo, el amor es la cara que le hace frente a la muerte, nos da ganas de vivir y seguir adelante.
    Un abrazo y felicitaciones por tus cuarenta.
    Y beeesos.

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    1. Muchas gracias querida Mire.
      Abrazos y beeeesos amiga querida.

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  3. Esta vida es un contínuo "festín" de ilusiones y decepciones, de alegrías y de tristezas. Cuando unas siguen a las otras, dejando un tiempo de por medio, esa mezcla de lo bueno y o malo se digiere bastante bien. Nos reponemos de lo malo para abrazar lo bueno que le sigue. Lo realmnente malo es cuando ambas situaciones y experiencias coinciden, chocan entre sí y tenemos que vivirlas a la vez.
    Un abrazo.

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    1. Así precisamente Josep. Y sí, sólo queda intentar seguir toreando la vida.
      Abrazos amigo.

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