jueves, 16 de marzo de 2023

del contar

Dice varias veces Javier Marías en "Mañana en la batalla piensa en mí", libro con el que se llevó el Rómulo Gallegos: que no toleramos que nuestras personas cercanas desconozcan lo que nos ha pasado, los grandes cambios de nuestra vida. Que necesitamos que sepan lo que pasó, lo que dejó de ser o lo que ahora es.

Pero la verdad es que a mí no me interesa nada contar mis penas o mis alegrías a los demás. No a los demás, sino a esa gente que es nuestra y por eso le tenemos esa confianza y por eso nos surge esa necesidad. Generalmente me guardo mis cosas. Y si nadie me pregunta nadie se entera. Porque sí me he dado cuenta que disfruto contando, contándome.

Aunque debo decir que alguna que otra vez en los últimos meses he sentido la necesidad de platicarle a alguien la historia completa de mi último enamoramiento, con todos esos puntos específicos a los que les he dado valor, o que les di en su día.



3 comentarios:

  1. Pues yo creo, amigo, que contar cosas de nuestra existencia pasada y presente a una persona muy cercana a nosotros, familiar o amigo, es un ejercicio saludable, casi catártico, en especial si fue algo duro de soportar, siempre y cuando el que escucha muestre verdadero interés. De lo contrario, mejor mantener la boca cerrada, no nos vayan a caificar como "el abuelo de las batallitas", je, je,
    Un abrazo.

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  2. Pienso lo mismo, si no preguntan no se cuenta. Pero también depende de quién pregunta, porque en muchos casos mejor ni contarlo. Claro que esto me ha traído muchos problemas...
    Y lo seguirá haciendo, no tengo dudas.

    Saludos,
    J.

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  3. Yo me descubro a veces guardándome más cosas de mí de las que creía. Necesito de mi espacio personal. Dicho esto, reconozco que cuando cuento qué me pasa me permite escucharme y descubrir aspectos que no había visto.

    Un abrazo

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