miércoles, 1 de mayo de 2024

Preguntaban ayer en la radio si creíamos que el niño que fuimos estaría contento al ver al adulto que somos. Me quedé pensando sobre ello, la verdad es que no sé qué pensaría ese pequeño Gil del que soy ahora. 

Quizá habría decepción, o sorpresa, finalmente el niño que fui no anhelaba ser nada en específico, no tenía sueños.

Seguro que le entristecería saberme sólo, y divorciado, conocer la historia de mis decepciones amorosas. Pero le haría sonreír ver al hermoso niño del que soy padre.

Pienso que le resultaría sorprendente a ese niño al que le molestaba la insistencia de su madre para que tomara un libro y lo leyera, y que pasaba malos ratos para entregar los reportes de lectura diaria en la escuela; que leyó tan pocos libros en aquellos ya lejanos días, ver cuánto disfruto ahora leer y que escribo prosa y poesía.

Y bueno, tantas veces parece que no he dejado de ser un niño, que quizá por eso la pregunta me resulta algo incomprensible.



3 comentarios:

  1. Me hace sentido lo que dices, si ese niño todavía anda por ahí...
    Va un abrazo, Gildardo.

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  2. Pues yo me considero un niño grande y creo que el niño pequeño que fui se alegraría de ver que he hecho cosas que pensaba que no llegaria a hacer.
    Un abrazo.

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  3. Yo supongo que me detestaría, tal vez no tanto como me detesto yo mismo, pero seguro que en la misma dirección...

    Saludos,
    J.

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