miércoles, 15 de abril de 2020

Mirando al mundo en cuarentena II

No me parece nada extraordinario que la gente se junte para ayudar frente a una tragedia (el temblor del 2017, por ejemplo). Lo sorprendente en estos casos sería la apatía frente a la desgracia del prójimo. Nuestra naturaleza "humana" no es del todo vil, desprende algunos rayos de bondad.

Pero luego, una gran parte se comporta como esa señora (o señor) narcisista que le da una moneda al pobre pero se toma su selfie y la comparte por todas sus redes: que todos vean lo buena persona que es, faltaba más. Ahí van cientos de mexicanos a decirle a todo el mundo que los mexicanos no sólo somos los más chingones entre los chingones, sino que además somos los más buenos, digo, por algo la virgencita se vino a aparecer aquí y no en otro lado.

Bueno, dicen las bocas menos ignorantes que el halago en boca propia es vituperio. Pero yo creo que todavía esconde algo más. Pienso que cuando alardeamos de todo lo buenos que somos, inconscientemente es porque queremos tapar toda la demás mierda que cargamos, porque nos concierne también. Y quizá si miras de más lo bueno, por fingido que sea, dejas de ver lo malo, tan sincero.

Y hablando de bocas ignorantes, y cerebros que los son mucho más, en este país de gente tan maravillosa se han visto actos de completa estupidez, que sobrepasan esa ignorancia abismalmente. Y no son casos aislados. Gente imbécil ha agredido a doctores y enfermeras que tienen que trabajar lo mejor que puedan para salvar a desconocidos. Porque pues, una enfermera no puede permitirse un automóvil para llegar a su trabajo y debe compartir el transporte público con la peor ralea de este país lleno de gente maravillosa.

Y entonces, como dijera el buen Arjona: abrace a los suyos y aférrese, que aquí no es bueno el que ayuda, sino el que no jode. Y a ver cómo nos va.




6 comentarios:

  1. gente mala hay en todos lados y el gran problema es que son mayoría... inentendible eso que contás con la gente de salud...

    otra cosa: se lo tomaron en serio o el presidente ahí dice que es una gripe sencilla?

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    1. También creo que son mayoría, los malos, los ignorantes, los desalmados.
      El gobierno se lo ha tomado en serio, sólo que el presidente tiene la lengua bastante suelta.
      Abrazo.

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  2. No sé si es cierto la anécdota que cuentas de la señora que se hace una selfie dando una limosna o es una exageración que creas para ejemplificar lo que quieres contar. No me entra en la cabeza que alguien pueda hacer algo así.

    Sin embargo, con respecto a "alardear" (usaría otro verbo, éste tiene connotaciones) de lo buenos que somos tengo mis dudas. Acompaño a personas en aprendizajes transformacionales y he visto muchas más personas que no son capaces de decir lo que hacen bien pero tienen muy a la mano la autocrítica, muchas más que las que hacen lo contrario, y tampoco es sana esa falsa humildad. El equilibrio es atrevernos a ser grandes sin perder la humildad, y no son términos opuestos, sino perfectamente complementarios.

    Un abrazo grande

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    1. Es cierto lo que dices Alís, también hay gente así, pero, no sé, veo tanto eso que narro aquí.
      El equilibrio, sí eso sería lo ideal.
      Abrazos.

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  3. Aplausos por fuera y malicia por dentro. Acá, en España, hace unos dáas se han dado casos icríibles de egoísmo, como el de alguna comunidad de vecinos en la que ha aparecido un cartelito en el ascensor diciéndole a uno de sus vecinos, médico o enfermera, que se largara a otra parte a contagiar. O a una ginecóloga a la que le han pintado el coche con las frase "rata contagiosa". Evidentemente son una minoría de ignorantes y mala gente, pero duele comprobar que en situaciones en las que debe prevalecer la solidaridad, aparecen manzanas podridas que no merecerían ser atendidas por ninguno de los profesionales de la salud en caso de que enfermaran.
    Un abrazo.

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    1. También me gustaría que a esa gente no se le atendiera en caso de necesitarlo. Egoísmo puro y duro Josep: dicen acá: de que lloren en mi casa a que lloren en la suya.
      Abrazos amigo.

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