viernes, 25 de junio de 2021

Asuntos privados

Tiene ya bastantes años que Edward Snowden le dijo al mundo que la inteligencia de Estados Unidos nos espiaba, que cada cámara de cada celular, tableta o computadora era una ventana desde donde quedábamos expuestos, a pesar de no haber encendido la cámara de esos aparatos. Pero a nadie parece importarle ya.

Parece que ser despojados de nuestra intimidad carece de importancia, un sacrificio insignificante a cambio de poder perdernos entre facebook, youtube, instagram o tiktok. La privacidad, un lujo para los más ingenuos, que no gozan de las infinitas posibilidades de la jungla virtual. 

A pesar de haber visto no sé cuantas veces que cuando se usa la app de moda, sea para verse envejecido o del sexo opuesto, o conocer el significado oculto de tu nombre o qué rasgos de personalidad (todos favorables) tienes a partir de cómo escribes, estás abriendo la puerta para que cualquiera con el suficiente conocimiento pueda acceder a tus datos privados, lo seguimos haciendo. Porque la tentación por participar de la dinámica de moda es más poderosa que pensar en las consecuencias de hacerlo.

Será que soy parte de otra generación y que soy bastante anticuado, pero no me entusiasma en lo más mínimo (de hecho me asusta bastante) que mi imagen se convierta en un meme de moda o que un fragmento de mi vida se vuelva asunto público porque alguien lo ha difundido. Pero sé que a una buena parte de las personas más jóvenes que yo, o a gente de mi edad, les parece algo fantástico. Sentirse importante ya no requiere de talento. Bueno, incluso hay quienes graban y difunden la intimidad de sus hijos a cambio de esa supuesta admiración virtual.

Y entonces, ¿existe aún la privacidad?




8 comentarios:

  1. Una entrada con una reflexion que da para muchas opiniones .
    Creo que definitvamente si la intencion es "espiar" a alguien , entrar en su intimidad a traves de sus redes se puede hacer, pero si te soy sincera me parece que "asusta más" por decirlo de algun modo , que seamos nosotros mismos los que abrimos las puertas de nuestra vida a cualquiera, publicando en todo momento donde estamos, con quienes, que es lo que vamos a cenar, dando detalles de nuestra vida privada, cuando estamos en una relacion, cuando salimos de ella, etc..o sea.. los "espias" la tienen fácil. Saludos y muy buen fin de semana

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    1. Tienes razón, hay personas que exhiben todo lo que hacen de las que no habría necesidad de espiarlas ya que ellos mismos dan todo. Pero hablo de que las cámaras de las teles o teléfonos están prendidas así no las hayamos prendido nosotros.
      Un abrazo.

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  2. Creo que me la habría volado hace algunos años, ahora no me sorprende. Aunque eso de poder interactuar con el anuncio sí es de llamar la atención.
    Abrazos.

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  3. Vivimos en una total contradicción y no solo nosotros, los usuarios de todas esas aplicaciones, sino las propias empresas que nos hacen firman un documento sobre confidencialidad de nuestros datos (que solo les cedemos para muy determinadas finalidades, todas ellas legales y aparentemente necesarias) y luego recibimos llamadas telefónicas de desconodidos (empresas de telefonía, ONG, y telemarketing en general) que uno se pregunta de dónde han obtenido nuestro número de celular. Hay una compra-venta de datos escalofriante y totalmnete ilegítima. Y nosotros tan tranquilos.
    Un abrazo.

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    1. Es cierto Josep, nos preguntamos cómo puede ser que tanta gente sepa cuál es el número de nuestro teléfono. Pero al parecer lo que más vale ahora es lo que tienen recopilado los algoritmos al seguirnos los pasos.
      Abrazos.

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  4. Excelente reflexión Gildardo.

    Diría que siendo de la generación del 48, eso de la privacidad no se “conocía”. O por lo menos no se le daba importancia desde el momento en el que era algo consustancial con la “realidad” del ser humano. Y que debimos ir tomando consciencia de ella a medida que se fue poniendo en riesgo. Que hoy hay menos privacidad que antaño, ¡sin duda!

    Personalmente no me afecta… No estoy en redes de ninguna clase, ni en app de moda alguna. Y si soy grabado al entrar en un banco, pasear por una calle o en cualquier otro lugar “normal”, ¿en qué puede afectarme si no puedo evitarlo? Además, ¿a quién realmente le importan esas imágenes? ¡A mí no! Y supongo que con ellas no harán nada especial… Si yo mismo no actúo socialmente en nada especial. Delictivo, para ser más claro.

    Certero análisis sobre lo que hacen muchos con las app de moda y sus variables… Y la dinámica de la “tentación” a pesar de sus consecuencias. Pero así es la vida! Mis nietas, aún teniendo las raíces educacionales nuestras, vivirán sus propias vidas y sus circunstancias. Pues cada generación, cada tramo que la humanidad experimenta, conlleva sus propias alegrías y miserias.

    Que sepa apreciar que el río de la vida que cruza el valle donde habito siga su curso sereno, es un buen indicativo de que mi vida, cuando menos, sigue el suyo natural.

    Abrazo.

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    1. Dicho todo lo anterior, por parte de ambos, ¿no hay cierta incongruencia en que la "cámara" de Gildardo me identifique como ciudadano del País Vasco?

      Cierto que ¿a quién le importa? Y por ello mismo no debiera estar ahí!

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    2. Es cierto lo que dices Ernesto. Eres de la edad de mi madre que también nació en el 48, y ella a veces parecía molesta de que la gente se enterara de lo que ella creía que era un asunto familiar y por tanto privado, pero no contaba con que mi hermana toma fotos y las sube a facebook, y entonces "todos" pueden ver eso que nadie más debería ver.
      Oye pero mientras caminas por el pueblo podrías caer o ser víctima de un bromista. Aunque supongo que como dices, son cosas que no podemos evitar.
      Abrazos.

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