lunes, 7 de junio de 2021

100 cosas

No es que yo sea una persona hiper consumista (y comparándome con otros, sería un exceso decir que soy consumista, pero volveríamos a terrenos llenos de ciegos y de tuertos con poder), pero tampoco soy lo austero que a veces me gustaría ser. Mas viendo las cosas con el suficiente pesimismo, es algo para valorar mucho en estos días, en que tantos compran lo que no necesitan pero desean desesperadamente y las prioridades de mucha gente abrazan lo absurdo.

Esto viene porque ayer me topé con una película alemana cuyo título es el de este posteo, en la que dos amigos en exceso consumistas, después de ciertos eventos, se retan a vivir sin nada, sin posesiones, pero al paso de cada día, podrán tomar una a una sus cosas, hasta llegar a los cien objetos con los que esperarían poder vivir. 

En principio pensé que la apuesta incluía sólo objetos prescindibles, esos que nos podrían catalogar de adictos al consumo, pero son despojados de todo, quedando desnudos en sus respectivos apartamentos. 

Eso pone las cosas en un lugar muy lejano del que imaginé en principio: pensé que conservarían su ropa, sus cepillos de dientes o su desodorante, pero también se les despojó de ello. Pensaba en qué cosas buscaría yo primero pero no había considerado que antes que buscar el celular debería pensar en cubrir mi cuerpo, antes de priorizar poseer un libro en particular debía pensar en mi higiene elemental.

Y a pesar de darme cuenta que luego de cubrir mi cuerpo, poder lavar mis dientes y mi cuerpo y conseguir un refrigerador, entre otras cosas fundamentales; mi mente seguía pensando en qué libros priorizaría: los que valoro tanto y pienso releer o los que no he leído todavía. Pensé en cuántos días tardaría en obtener las cosas necesarias para hacer acuarelas o ¿en qué lugar de mi lista pondría una suscripción a Netflix?

Resultó un asunto bastante interesante.

 


Recordé este poema pandémico, pero pienso sinceramente que no pasará lo que señala el último verso. Sólo hay que ver qué pasó cuando se reabrieron los centros comerciales:

Consumista consumado
comprador empedernido
con el mundo detenido
tu corazón se ha parado.
Mira lo que te ha pasado,
la razón de tu existencia
en las tiendas tu presencia
se quedó para otros tiempos
pues con estos contratiempos:
tendrá que cambiar tu esencia.

2 comentarios:

  1. Esto es casi tan complicado como contestar a la pregunta típica de qué te llevarías a una isla desierta, je,je.
    Aparentemente, 100 cosas dan para mucho, pero es bien cierto que llegaría un momento en el que nos resultaría difícil priorizar. Nos hemos apegado a tantas cosas...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A demasiadas cosas mi amigo. Me quedé pensando en qué cosas priorizaría.
      Abrazos.

      Eliminar