martes, 5 de julio de 2016

¿ser hombre?



Ayer en la noche estaba leyendo a Carlos Fuentes y me encontré con esta frase: “ser hombre no es dejar de ser niño sino empezar a ser delincuente”, y, entre las divagaciones que ralentizan mi lectura me llegó el recuerdo del día en que cumplí 18 años, y mi padre, después de darme un escueto abrazo de felicitación me dijo contundente, que ahora sí me podían meter a la cárcel.

Eso fue todo. Pero si bien no esperaba yo el discurso emotivo del padre de la película, dado que en mi crecimiento nunca he recibido palabras paternas, ni de consejo ni de precaución, tampoco pensaba recibir palabras más propias para un delincuente juvenil o un incorregible muchacho que no deja de meterse en problemas y que ahora se debe cuidar porque ya es susceptible de ir al tambo (la cárcel).

Así es que en mi vida no tuve plática de sexo ni charla de hombre a hombre con el hombre que me engendró. Aunque sí recibí por parte de mi preocupada madre una advertencia sobre esas “muchachitas” que sólo querían amarrar a un hombre y de las que debía cuidarme. Mi madre no sabía que me hubiera encantado toparme con una muchachita que quisiera pervertirme un poco tan siquiera.

Así que, pudiera ser que mi padre había ya leído esas líneas del señor Fuentes la razón por la que asoció mi arribo a la mayoría de edad con el hecho de que me volviera delincuente. Pudiera ser.

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