lunes, 15 de octubre de 2018

1Q84


Pues por fin leí a Murakami. Ya he señalado que soy una persona demasiado morbosa, razón por la que todo el alboroto en torno al japonés me llenaba poderosamente la morbosa imaginación. Que si es un maravilloso escritor y que merecería ganar el Nobel de literatura pero que si es un escritor más del montón, sin méritos para ser alabado por las multitudes. A grandes rasgos por ahí van los argumentos.

El libro fue 1Q84, el año de la muerte de Cortázar el día de mi cuarto cumpleaños y el título de aquel otro mítico libro 1984 al cuál se hace referencia en más de una ocasión en el mencionado ejemplar. Es un tabicón de más de 700 páginas en letra del 8 lo que para mi lenta lectura requirió de bastantes días. Es algo que podría nombrar como ciencia ficción en el pasado debido a la gran cantidad de elementos fuera de la realidad que aderezan la lectura del libro en cuestión.

El libro fue un regalo de cumpleaños de una buena amiga hace algunos ayeres pero se había llenado de polvo, relegado por el cine, los deportes televisados y otros libros que se le adelantaron. Pero a cada capillita le llega su fiestecita, dice el dicho popular. 

La historia me atrapó, si no desde un inicio, sí en los primeros capítulos en los que me preguntaba cómo iba a evolucionar esa historia y en qué iba a terminar, sobretodo en cuanto empiezan a aparecer elementos fantásticos dentro de lo que se supone es una realidad cotidiana japonesa de principios de los ochentas. El morbo, qué le hacemos.

Pero debo decir que la escritura de Murakami me ha dejado insatisfecho, no le veo ninguna virtud. Me parece una prosa anodina y trivial con un exceso de explicaciones que me hacían pensar en que fuera una lectura para estudiantes de secundaria, algo que contrastaba con la temática sexual explícita que hay en varios pasajes del libro. Aunque ya había deducido lo que pasaba, el autor no se quedó con las ganas de explicarlo con puntos y comas enormes para que no queden dudas (lectura a prueba de pendejos).

Pese a todo esto me gustaría saber qué va a pasar, porque aunque olvidé señalarlo, el libro que tantas noches cansó mis manos contiene únicamente los dos primeros volúmenes de la obra del japonés, que por lo que me dice el internet hay uno más de otras 400 páginas. Lo ideal será ver si alguien me lo presta.

Será que luego de tener en las manos a Saramago, Stevenson y Marías la prosa del señor Murakami se ve pequeña, o será que soy más exigente que antes. No lo sé, pero ahora pienso en el cine de Burton que me parece en exceso sobrevaluado. 

O será que el conocimiento nos va volviendo amargados insatisfechos.

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