Los versos más recientes, anteriores a la avalancha lilianesca que me golpeó, se habían presentado en octosílabos. Un metro a modo al que me acostumbré y en el que se ordenaron mis últimos pensamientos convertidos en poesía.
Llegó el golpe y se dispararon los versos. Había que echar limón a las heridas, ¿o pomada?
Y aunque la melodiosidad del Romance (rima asonante en los versos pares) se impuso en las estructuras de los versos, no ha acaparado todos. Ya que hasta verso libre y verso blanco (sin rima pero con la misma medida) se aparecieron, además de los conocidos sonetos y décimas. Escribí hexasílabos, octosílabos, decasílabos, endecasílabos (11) e incluso, los pretendidos alejandrinos (14) que tan escurridizos se me habían vuelto.
Y entonces, a pesar del pesar que me aqueja, la ruptura con Liliana ha traído su dosis de creación. Lo que confirma aquella sentencia de que sólo se pueden crear cosas que valgan la pena desde la desgracia. Pensamiento con el que no estoy de acuerdo, pero que sé que en este caso me ha inspirado demasiado.
Ella parece encantada, es una musa real. Yo bastante más, puedo ver cuánto he aprendido.
Hay que dejar los botoncitos:
Verso blanco:
Voy a volver con las manos dispuestas
con más para ofrecer que mis caricias
con planes y sonrisas y un futuro
con todo lo que aún nos merecemos.
Verso libre:
¿Eran sólo una ilusión mis sentimientos?
¿Y los tuyos amor mío?
¿De dónde te salió tanta cursilería?
Los romances:
Decasílabos:
su cuerpo tan lindo tan perfecto,
mujer con las alas desplegadas.
La ingenua niña que aún confía,
a la que ruboriza mi mirada,
mujer con las alas desplegadas.
La ingenua niña que aún confía,
a la que ruboriza mi mirada,
Alejandrinos:
Soy el río deseoso de mojar tu cuerpo
soy el viento que roza tus piernas cuando pasas.
Soy la risa en tu risa cuando ríes demasiado
soy con quien te sonrojas, el que te mira el alma.
Soy el hombre que espera verte como envejeces
soy el hombre que sabes te hará a diario la cama,
soy el viento que roza tus piernas cuando pasas.
Soy la risa en tu risa cuando ríes demasiado
soy con quien te sonrojas, el que te mira el alma.
Soy el hombre que espera verte como envejeces
soy el hombre que sabes te hará a diario la cama,
Hexasílabos
Yo ya te conozco
ya vi tu belleza
la que hábil escondes
pero a mí me enseñas,
aquella que incluye
comida en tu mesa
más risa en tu cama
compartir tus penas
besos entre copas
charla que no cesa.
Alejandrinos:
Te ofrezco mi silencio como mi amor más puro
quizá el más transparente que te pudiera dar.
Te ofrezco mi silencio deseando estés radiante
sin que los días te agobien con su mediocridad.
quizá el más transparente que te pudiera dar.
Te ofrezco mi silencio deseando estés radiante
sin que los días te agobien con su mediocridad.
Interesante entrada, Gilo. Me gustan especialmente los alejandrinos.
ResponderEliminarUn abrazo
Han quedado lindos, muy cursis, pero si no va a ser uno cursi cuando está enamorado, cuándo, jajajajaja.
EliminarGracias amiga.
Abrazos.