jueves, 4 de junio de 2020

Arte


Me ha encantado leer este fragmento de "Comer, rezar, amar", una lectura sorprendente en muchos sentidos. Sobre todo en lo que se refiere a la búsqueda personal. Pero supongo que de eso hablaré luego.

Me hace pensar en mi familia, los tíos,  primos y sobrinos, en Gil; con los que tanto he convivido los últimos años, las personas con las que de la nada se puede vivir la fiesta más maravillosa: jugando, riendo, comiendo, bebiendo, y claro, chismeando.

Son ese puñado de familia con la que se hace magia, son esas personas con las que soy feliz.

Aunque debo decir que al leer éstas líneas tan emotivas en quien primero pensé fue en Liliana, y en esa magia suya para hacer exactamente eso, preparar un banquete con un puñado de ingredientes.

Teniendo esto, qué más se puede pedir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario