viernes, 11 de septiembre de 2020

nosotros los irresponsables

La verdad es que no pensaba volver a escribir sobre la pandemia, sobre el Covid, ni sobre la cuarentena. Otra verdad es que esto lo pensé escribir hace tres semanas quizá, pero se postergó, tanto que incluso creí que ya no vería la luz del internet, jajaja.

El asunto es que, al menos en mi entorno más inmediato, no hemos sido precisamente los más cuidadosos ni los más responsables. Hemos sido descuidados y valemadres, partiendo de aquel principio del a mí, a nosotros, no nos va a pasar. Supongo que porque nos creemos mejores o con más derecho que los demás. Nada raro, casi todos piensan igual. 

Nosotros sí nos cuidamos. Nosotros salimos, pero con precauciones. Nada más vamos a ser quince personas (que terminan siendo treinta), sólo los más allegados (y como todos nosotros sí nos cuidamos no hay problema). Y hay una fiesta y una reunión y un cumpleaños. Bueno, en mi familia ha habido hasta fiestas de más de cien personas. No tenemos ninguna certeza de las precauciones ni las salidas de los invitados a ese petit comité pero confiamos porque somos familia y, ya sabemos, nosotros somos los buenos.

Y claro, empezando por mí que comencé una relación en plena cuarentena. Y aunque sólo iba a verla a su casa y ahí nos quedábamos, sé, sabíamos lo irresponsables que fuimos. 

Pero la verdad es que al ver el número desmedido de personas que entraban y salían de mi casa para visitar a mi mamá, sentí que sería un imbécil si yo respetaba la prohibición mientras los demás hacían de su culo un papalote. Sé que los males de muchos son el consuelo de los tontos, y no niego mi estupidez. Pero de nada serviría que yo evitara saludar a las visitas si todos llegaban a besar y abrazar a mi madre y a mi padre. Y yo ayudaba a mi madre a hacer muchas cosas estando a sólo centímetros de ella.

Pero bueno, hemos tenido suerte. Por ahora.


2 comentarios:

  1. Una veces uno se olvida de las reglas, otras son los demás los que te "obligan" a saltártelas, las más procuras salvaguardar la salud propia y la de los tuyos, pero hay incongruencias que hacen que te replantees si no te estarás pasando de la raya. ¿Una reunión de diez personas no resulta peligrosa pero si son veinte sí? Depende de la distancia entre sí. Van cuatro en un mismo coche y todos con mascarilla, pero cuando llegan al restaurante y se sientan los cuatro a la misma mesa ya se la pueden quitar. ¿Ya no hay contagio posible? Son incongruencias prácticamente inevitables. Pero, aun así, mejor extremar las precauciones y reducir al máximo el riesgo por nuestro propio bien y por el de los demás.
    Un abrazo.

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    1. Hay tantas cosas inentendibles amigo mío. Pero mira, hemos tenido suerte.
      Te abrazo.

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