Dice facebook que el año pasado publiqué este poema en mi muro:
Es uno de los poemas que más me gustan, por muchas cosas. Y aunque lo había escrito pocas semanas antes, fue hasta el doceavo día de agosto que lo subí, en ese frenesí romántico, en un ataque de vanidad quizá.
Es uno de esos poemas que salió de un tirón. Como si ya todos los versos estuvieran formados esperando posarse en el papel, con las palabras rimadas bien dispuestas y los metros cuidados. Y de hecho recuerdo bien como apareció.
Le había enviado un pequeño audio donde comenzaba explicándole mi certeza de que nuestras almas eran afines, y creo que dentro de la cursilería del momento no me fui tan lejos, y no hablé de almas gemelas; sólo de la afinidad expresada cuando estábamos juntos. Su respuesta fue que era yo un exagerado, pero tenía demasiados argumentos para sostener mi temeraria afirmación, que dio pie a la cursi charla llena de miel de dos enamorados.
Pero ya tenía esos dos primeros versos para armar un romance en octosílabos: nuestras almas son afines/ aunque pienses que exagero. Así que tomé mi libreta y comencé a escribir. Y como ya dije, los versos salieron muy fácil, sólo había que escribirlos. Un rato después revisarlos, checar métrica, y ya estaba. Y se lo compartí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario