A principios de año comencé a escribir en
una libreta, escribo los recuerdos que tengo de mis años infantiles en el campo
de beisbol
Quería recordar el motivo exacto que me
llevó a tomar esta determinación, pero es algo que no recuerdo. Sólo sé que me dieron
muchas ganas de ponerme a escribir algo a mano y de adquirir una o varias
libretas para emprender el asunto.
Gastando tiempo en una librería, me sentí
profundamente atraído por libretitas muy coquetas, pequeños cuadernitos con la
finalidad de que uno vuelque sus pensamientos o lo que sea que uno quiera
plasmar en ellos. Me resistí a comprar alguno, todos me parecieron muy caros.
Había algunos con ciertos motivos comerciales, eran los más llamativos y los
más caros también.
Pero no me pude resistir a un diario
titulado “100 reasons to panic about getting old”, el virus del consumismo se
alió a mi deseo por adquirir algo en lo que escribir manualmente. Me hice con
el cuaderno. Un regalo por navidad.
Días después fui a una tienda
especializada en artículos de papelería para adquirir una pequeña libreta de
bolsillo y una pluma que le hiciera mancuerna. Compré un pequeño block con un
forro al que se le pueden reponer las hojas y un pequeño bolígrafo con sus
respectivos repuestos, que puedo guardar sin riesgo en el bolsillo de mi
pantalón, mide unos 5 centímetros y tiene tapa.
También compré un cuaderno de forma
francesa (así lo llaman acá), que posteriormente forré con ilustraciones de
películas, en el que me dispuse a escribir lo que he titulado provisionalmente
“Diarios de beisbol”. Además de hacer las memorias de mis días beisboleros he
dibujado algunas ilustraciones de lo que creo recordar.
Creo que será una linda herencia para mi
hijo.
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