Intento recordar cierta historia de mi
pasado y me cuesta trabajo. Es ciertamente una anécdota dolorosa, me dolió en su
momento y me duele ahora a tantos años de distancia. Sé lo que pasó, aunque no
sé por qué, no lo recuerdo. Construyo mis hipótesis basado en mi precaria
objetividad, como todos, como a los que nos han herido el alma más de una vez.
Recuerdo eso que pasó pero no puedo evocar la historia completa, no consigo
armar en mi cabeza cómo se sucedieron los acontecimientos. No sé si es el
tiempo que todo cura o todo oculta, pero hay un filtro que no me deja ver qué
cosas pasaron hace tantos años. Quizá es una especie de
armadura que repele el dolor la que para protegerme ha esparcido tierra sobre
mis recuerdos, ahora borrosos. Y es chistoso y contradictorio, porque se supone
que soy una persona con buena memoria. Pero las cosas, a pesar de no quererlo,
se van olvidando, y como ya he escrito alguna vez, no sé por qué recordamos
ciertas cosas y otras se pierden en nuestra cabeza, o si será que el alcohol
realmente va matando las neuronas y demeritando los recuerdos, hasta borrarlos. O es solamente el implacable tiempo.
No lo sé. Pero el dolor sí ha quedado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario