Esta es la entrada número 200 de este
pequeño blog que se ha vuelto una parte importantísima de mi vida. Me da gran
orgullo y una satisfacción enorme haber alcanzado esto.
Hace tres años cuando me abordó la idea de
crear un blog, días en que no sabía si sería una buena idea, en que el temor me
hacía creer que no lo era y que sería mejor seguir escribiendo cuando me dieran
ganas y tuviera tiempo, o sea, casi nunca. Creo que ha sido la mejor decisión
que he tomado en los últimos años de mi vida.
No podría contar todas las satisfacciones
y alegrías que me ha brindado este pequeño espacio virtual porque son
demasiadas y olvidaría algunas. Todavía me emociono cuando un desconocido me
deja unas calurosas palabras y dice que le ha gustado lo que escribo. Es maravilloso.
Creo que no podré dejar de escribir hasta
mi muerte, o eso espero, eso deseo, porque parafraseando al chef Gusteau de “Ratatouille”,
creo que las palabras siempre llegarán a aquellos que amamos escribir.
Gracias a todos los que se acercan, sobretodo
a quienes se han convertido en mis amigos.
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