La iniciativa se llama algo así como Libros que me llevaría a una isla desierta, pero la verdad es que eso de ir a una isla desierta no me apetece ni tantito. No me llevo mucho con el calor, aunque siendo sincero, debo decir que lo detesto. Así que yo me llevaría mis libros a una cabaña en el bosque, una cabaña con muchas habitaciones por si alguien quisiera hacer el viaje conmigo. Eso es mejor, porque ademas de la compañía nos prestaríamos los libros. Además, creo que soy demasiado inútil y moriría de hambre muy pronto en la isla.
Hay que llevar un libro para releer. Me lo pensaría demasiado entre Negra espalda del tiempo y Peleando a la contra, pero supongo que me inclinaría por el segundo. Quizá por la antigüedad que para mí tiene Bukowski ante el señor Marías. Creo que releeré a Bukowski hasta que muera.
Luego hay que meter a la maleta un libro que nunca se haya leído. Será difícil elegir. Hay demasiados libros buenos y famosos que no he leído. Pero mi elegido sería Del tiempo y el río de Thomas Wolfe. Y la decisión es básicamente gracias a la película Genius. Ahí hay otra cuestión importante: la cabaña debe tener electricidad :)
Después viene una elección muy complicada, no sólo por los afectos librescos sino por el tamaño de los volúmenes. Hay que elegir una saga literaria. Podrían ser los de Millenium, la Canción de hielo y fuego o Harry Potter. Y seguramente, como sólo he leído Juego de tronos, me inclinaría por esa.
Son contadísimos los libros que leí de pequeño, y de adolescente también. Uno de esos pocos y que recuerdo bien todo lo que me gustó fue Charlie y la fábrica de chocolate. Y si encontrara un fanático de Roald Dahl que me prestara sus libros, creo que podría hacer un hueco para echar algunos más. Que la maleta tendrá que ser espaciosa si queremos meter todos los requeridos.
Hay que hacer espacio en la petaca (me gusta este arcaísmo, me recuerda a mi abuela) para echar un último libro que es libre. Creo que me llevaría Mala Índole, la compilación de los cuentos de Javier Marías. Porque, bueno, algunos ya saben que me encanta como escribe ese señor.
Ahora que lo pienso, esa idílica cabaña deberá estar en España, porque allá está la mayoría de mis amigos blogueros, que quizá me acompañasen a vivir esa aventura. Y habrá que llevar unas barajas y un scrabble también, por lo menos. Y espero que alguien cocinara sabroso.
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