miércoles, 24 de abril de 2019

libro amigo


Había leído por ahí, seguramente en alguna red social, el cacareo constante sobre la conveniencia de la amistad verdadera entre un libro y un humano. Aquello de que el mejor amigo que se puede tener sea un libro. Aquí entramos en terrenos de postureo pedante por lo que los canes quedan descartados, y en asuntos de libros nadie los traería a cuenta.

El asunto es ése: el mejor amigo para una persona es un libro. Y aunque yo me siento completo al tener un buen libro en las manos o en la bolsa trasera del pantalón, si es que la leyenda de que su tamaño es para caber en el bolsillo se cumple, debo decir que no me parece que un libro sea la mejor compañía. 

Conozco personas con las que preferiría pasar el tiempo antes que con un gran clásico de la literatura, personas con las que cualquier tiempo se hace corto entre diálogos eternos, risas, bromas y miradas cómplices. Y si hay alguna embriagante bebida lubricando la charla, mucho mejor; el alcohol engrasa las palabras y las vuelve gráciles y ligeras cual experimentadas bailarinas.

Hay también personas con las que la intimidad de las caricias y los besos juguetones potencian el gusto por su compañía. Frente a estas personas tan valiosas cualquier libro queda corto.

Lo bueno de la vida es que no debemos escoger, se puede tener la dicha suprema de hacer el amor o lo más cercano a ello con una persona mágica, para luego traer a ese otro amigo de papel y quedarse callados mientras se hace otra especie de amor; pasando páginas, releyendo o subrayando frases que nos sacuden porque leemos verdades del alma que alguien más escribió, y que pareciera sacó de nuestra alma.

Pero aunque un libro no sea la mejor compañía posible, en estos tiempos parece mucho más factible hacerse con la valiosa presencia de uno que con la de otro de nuestra especie. Y para los momentos de soledad, que a veces se multiplican más de lo que se quisiera, un gran libro es la presencia más valiosa que se pudiera querer.

5 comentarios:

  1. Muy cierto, amigo. Amistad, relaciones humanas y sexo no tienen porqué estar reñidos con la lectura. Cada cosa a su debido tiempo y en su lugar (aunque yo leo en la cama, jeje). Un libro solo puede sustituir a la compañía humana cuando esta no existe, en los momentos de soledad. De todos modos, creo que lo que sí está dañando las relaciones humanas son los juegos y aplicaciones del celular y de la computadora. Hay incluso quien prefiere chatear con alguen que está a kilómetros de distancia que charlar con quien tiene delante.
    Un abrazo.

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    1. También leo en la cama casi siempre. Cada cosa tiene su tiempo como dices pero en estos días el tiempo del móvil parece no tener límites.
      Oye buen sexo y luego un buen libro o una buena película. Qué más se puede pedir.
      Abrazos Josep.

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  2. En efecto mi estimado Julio, por eso se valora tanto a las otras, con las que el tiempo no tiene piedad.
    Abrazos

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  3. Estoy de acuerdo con ambos contextos, pero lo que hace que adore y prefiera un libro sobre las relaciones personales es que un libro no te juzga sin edificarte de alguna forma. Los humanos no siempre tienen ese maravilloso poder

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    1. Precisamente eso digo. No prefiero las relaciones personales, prefiero a ciertas personas.
      Abrazos.

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