La regañan como niña
niña que pone pretextos.
Indolente, no hace caso,
piensa que todo es un juego.
¡Es que no quieres curarte!
Qué jodidos saben ellos.
El tiempo pasa implacable
mi madre ya está en los huesos
y su dios está escondido
en la farsa de sus cuentos.
Precioso tu poema. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
Te agradezco mucho las palabras. Sí, me paso por tu espacio.
EliminarAbrazo.
Conmovedor poema, Gilo.
ResponderEliminarLamento que tu mamá esté así y que la veas así. Que tenga el final más feliz que pueda, y aprovéchala mientras está, para decirle todo lo que quieras decirle. Y mimarla. Y dejarte mimar...
Un abrazo apretado
Te agradezco las palabras y la compañía Alís. Ya ves que a veces las palabras se salen solas.
EliminarTe abrazo.
Me emocionaste, querido Gildo, siento mucho lo de tu mamá y te mando todo mi afecto,
ResponderEliminarUn inmenso abrazo.
Te agradezco mucho mi amiga querida. Como le decía a Alís, a veces las palabras salen solas. Tú sabes de eso.
EliminarTe abrazo muy fuerte.
Beeeesos.