lunes, 23 de marzo de 2020

mar en calma

Es muy fácil hablar de lo que no se sabe, de lo que únicamente se supone, de lo que se cree. De lo que uno cree que uno haría porque uno es un tipazo, faltaba más. De cómo a uno se le hace que son o serían las cosas. Porque en el mundo de los asegunes cualquiera puede decir cualquier cosa.

Si algo he hecho mucho estos últimos tres años, además de leer, es hablar sobre mí. Visto desde cualquier perspectiva, un lujo al alcance de muy pocos. Comenzando porque este asunto de hablar sobre uno mismo luego de voltear a verse, es, al menos desde mi perspectiva, recorrer un laberinto. Hay que ir atrás, adentro, a los lugares tapiados y a los llenos de telarañas; andar a tientas un lugar desconocido. 

Y luego está la escritura. La escritura que sana. La escritura que deja salir eso otro que está ahí y busca la manera de hacerlo. O que da una vuelta necesaria sobre el mismo asunto que no termina por terminarse, y que tal vez nunca lo haga; pero sobre el que era tan necesario dar todas esas vueltas que en algún momento parecían no tener sentido ni llevarte hacia ningún lado. Y entonces escribes lo que sientes, y entonces escribes versos, y entonces pasan cosas.

Y la cosa es que así, paso a pasito, tu alma se va curando, o al menos va tomándose un remedio que por lo menos no cava más profundo los huecos que cargas contigo. Y sin darte cuenta, por arte de una magia que creías inexistente, tu alma ya no es la misma. 

Y entonces, en este momento tan caótico, yo estoy tan tranquilo. Tratando de hacer lo que pueda y esperando que mi madre ya no sufra.

5 comentarios:

  1. Es fácil hablar. Y punto. Porque si lo pensáramos bien, hablar de lo que no se sabe no sólo es difícil, sino casi imposible. Suerte ya si somos conscientes de no saberlo.

    Sólo podemos hablar de nosotros, porque sólo conocemos nuestra forma de ver las cosas, que es sólo nuestra. Sólo entender eso ya nos coloca en otro nivel en la vida. Hago lo que puedo en cada circunstancia e intento hacer lo mejor que puedo. No podemos exigirnos más.

    Un abrazo para ti en estos tiempos movidos por dentro y por fuera

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entiendo lo que dices Alís, pero para la mayoría de la gente hablar de lo que no sabe es facilísimo, y lo hacen sin la menor preocupación a pesar de estar diciendo una sarta de idioteces sin pies ni cabeza.

      Abrazos enormes.

      Eliminar
  2. me encanta que hables de vos y que eso te haga bien. Todos tratamos de hacerlo. Mucha suerte con tu mama...

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias Julio. Nos quedan esos abrazos, nos quedan más cosas.
    Otro para ti.

    ResponderEliminar