Alguien me respondió, hace no demasiados meses, cuando le hice a alguien más un comentario sobre unos versos que había escrito: nosotros no escribimos con métrica, escribimos con el corazón.
Ah chingá. Y entonces las personas que medimos los versos al escribir y buscamos rimas y ponemos atención a los acentos del verso, ¿con qué escribimos? ¿Será quizá con el hígado? haciendo caso a lo que mi buen amigo Pánfilo decía. Lo dudo en realidad.
Suena estúpido, pero esa pareciera ser la máxima que defienden muchos de los pseudoescribientes de la actualidad. Escribimos puros sentimientos, escribimos con el corazón, es amor puro el que desborda de mis letras, y otras barrabasadas por el estilo. Decía Gavrí Akhenazi en alguna reflexión sobre lo mismo: creen tener el monopolio de los sentimientos.
Porque pregunto de nuevo, nosotros entonces ¿de dónde diablos sacamos lo que escribimos?
Siempre me ha dado apuro decirlo en voz alta, pero los versos sin métrica no me agradan. Pero decir eso delante de los poetas actuales, los que escriben frases, eso sí, muy bellas, unas debajo de las otras, dando la apariencia de un poema, es ponerme a tiro de sus invectivas, tachándome de ignorante y de antiguo. Pero la melodía que se desprende de una rima con una buena métrica es, para mí, algo no solo muy difícil de lograr sino también mucho más grato de escuchar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay poesía preciosa sin rima o sin métrica, pero no es esa que se distribuye en internet como si de algo importante se tratara. Creo que es la musicalidad y el ritmo lo que dota a esos versos de tal belleza, algo que no cualquiera puede hacer sin escribir solo rimas torpes.
EliminarAbrazos amigo.
Así, precisamente, mi buen amigo. De las tripas muchas cosas, yo digo que del alma seguramente por mamón, jajajajaja.
ResponderEliminarAbrazos.