domingo, 18 de octubre de 2020

hacerme cargo

Sé que estoy lleno de contradicciones. Bueno, decir lleno es exagerar, pero conozco bastantes de ellas, quién sabe qué porcentaje en realidad, y con qué precisión. Pero he podido ver algunas.

Una de las más frustrantes tiene que ver con una cierta parálisis que llega cuando pareciera que no tendría por qué hacerlo. Un especie de temor o bloqueo que se aparece cuando estoy escribiendo y las letras se están ordenando al menos de forma coherente, y siento que estoy más o menos diciendo eso que quiero decir. Estoy escribiendo con una cierta claridad.

Pero entonces, de repente me siento incapaz de poder seguir escribiendo, siento esa especie de temor, como si ya no supiera qué decir o como si tuviera un miedo enorme por no poder decir eso que quiero. Me paralizo. Es más bien como un pánico a poder escribir bien. Algo que me parece completamente absurdo. Un autoboicot que no comprendo.

Creo que tiene que ver con aquella pregunta: ¿Por qué no te quieres?

Mi querida amiga Alís parece que me lo ha aclarado, aunque me sigue pareciendo absurdo: Miedo a poder, a ser capaz, y tener que hacerme cargo. ¿Miedo al éxito? 

Y la explícita contradicción resulta contundente: ¿cómo alguien tan narcisista pondría piedras en su camino al lucimiento personal? ¿Cómo alguien con una necesidad tan grande de reconocimiento y cariño puede tener miedo de lograr el reconocimiento y admiración que acompañarían su éxito?

 



3 comentarios:

  1. Ojalá pudiera y supiera dar respuesta a ese hecho, pero, sin tener conocimientos de psicología, todo parace apuntar a una inseguridad. Es obvio, dirás, pero ¿por qué ocurre?, ¿de dónde viene? Ahí es cuando, en mi opinión, entra el psicoanálisis, sin necesidad de tumbarse en un diván ni someterse a una regresión hipnótica, je,je.
    En la escritura suceden cosas muy extrañas y contradictorias. Yo soy muy tímido e inseguro, sobre todo cuando emprendo una tarea para la que no me siento suficientemente preparado, como es escribir para ser leído. Aun así, me atreví a hacerlo, quizá porque la lejanía física entre autor y lector mitigaba la vergüenza de ver las caras de mis lectores. Pero una vez dado el paso, me siento seguro de lo que he escrito y de cómo lo he escrito. Y ahí es donde aparece mi contradicción, pues entonces temo la opinión de quienes me leen y me siento mal si alguien ha puesto un reparo, por pequeño que sea, a mi texto. Ya ves cómo mi mente juega conmigo: primero temor, luego seguridad y finalmente temor de nuevo. Ya lo decía en la entrada en mi "Cuaderno de bitácora" titulada "Incongruencias": quien esté libre de ellas, te tire la primera piedra.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algo sobre eso habíamos charlado en otra entrada mi buen amigo, somos una panda de vanidosos, jajajaja.
      Pues mira, yo me he tenido que ir a enterar al psicoterapeuta. Y sí, esas son las grandes preguntas: por qué, de dónde viene, a cuento de qué.
      Pero bueno, dicen que el primer paso es darse cuenta, así que supongo ya es ganancia, jajajaja.
      Abrazos Josep.

      Eliminar
  2. No es que Alís me haya dicho algo, ella escribió esa frase en una entrada suya, y la frase sí que me lo dijo, jajaja.
    Bueno, las contradicciones las comencé a hacer conscientes en el diván, ahí vi esta, de ahí salieron tantas preguntas.
    Creo que no puedo escribir borracho. Lee uno tantas cosas que ya traté de ponerme a escribir luego de unos cuantos alcoholes, las veces que lo intenté nunca pude, sólo me pongo somnoliento.
    Abrazos mi buen amigo.

    ResponderEliminar