martes, 12 de enero de 2021

de una de mis pasiones

No lo había pensado pero quizá uno de los aspectos que más me gustan de los deportes es que todo puede pasar. Nada está escrito. En cualquier momento pueden surgir héroes improbables y quienes presumían estadísticas perfectas pifian en el momento menos indicado. Ejemplos hay demasiados, de milagros y tragedias en los dos lados de la moneda. ¿Quién hubiera pensado que los invictos Patriotas perderían el Superbowl ante los anódinos Gigantes? ¿O que Boston le iba a empatar dos partidos seguidos a Mariano Rivera y levantarse de un 0-3, extinguiendo la maldición del Bambino? 

Nuestro equipo seguro ha protagonizado alguna historia de película pero también ha dado motivo a burlas crueles por lo ridículo que fue perder lo que ya parecía ganado. ¿Alguien dijo Barcelona? Aunque el Cruz azul se cuece aparte: desafortunados quienes ataron su corazón a tan nefasto equipo. Pero qué hacer, ¿cómo cambiar al equipo de la infancia?

No todos los deportes son iguales pero un strike de vida puede ser suficiente. Y como dijo Yogi Berra: no se acaba hasta que se acaba. 


 

 

Quién iba a pensar que los chavitos de la Prepa 3 le iban a ganar
al pentacampeón Arquitectura.


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