Debo reconocer que me dio un salto el
corazón –o el órgano encargado de la excitación– cuando leí la notificación en
la que se me informaba que me habías agregado a tus círculos. “Me ha agregado
una chica que está guapísima”. “¿Por qué lo hizo?” ¿Por qué lo hiciste?
Hemos intercambiado saludos banales en más
de una ocasión. Alguna vez no he resistido la tentación de devolverte el
genérico “buenos días” que tan amablemente envías todos los días. Pero si te
digo la verdad, me sentí incómodo de que me llamaras amigo sin siquiera
conocerme.
Como yo vine aquí básicamente a escribir
–bueno a veces también posteo alguna cosa que me parece graciosa para cotorrear
un rato con mis amigos virtuales– pensé –mi razonamiento inicial me llevó a
creer eso– que me habías agregado para estar al pendiente de las cosas que
publico –aquí si digo publico–: que por casualidad me habías leído y te habían
gustado mis escritos, porque es lo que básicamente hago aquí.
Bueno, hay que decir que también posteo
escritos de otras personas que me han gustado mucho. No soy como esos que
tienen el perfil retacado con sus propios escritos, posteados y reposteados 35
veces como mínimo.
Así que pensé que me habías agregado
porque te había gustado lo que publico (iluso yo, “so needy too”). No encuentro
otra razón lógica: no exhibo la foto de un hombre atractivo, ni digo en mis
señas personales que soy una persona divertida, sociable y con mil cualidades
espirituales; tampoco que busco hacer amigos; no tengo una frase que señale que
soy súper inteligente y original; de ninguna manera solicito –patéticamente–
que me agreguen a sus círculos de “amistad”.
Por todo lo anterior es que creía que
quien me seguía me leía. He comprobado tristemente que no es así (ahora sé, que
tú y otras tantas personas me agregaron al azar o buscando que yo las agregara
en reciprocidad. Parece que es algo lindo tener miles de seguidores). Al
parecer ni siquiera sabes que tengo un blog.
Y aún me sigo preguntando: ¿Por qué me
agregó?
El extinto Google + que nadamás no pegó.
ResponderEliminarPues yo me sentía muy cómodo ahí, pero no alcanzó lo que ellos deseaban.
EliminarAbrazo.
Google+, ¿qué te digo? me gustaba, pero no lo atendía mucho y cuando llegué a agregar a alguien es porque me gustó lo que leí, e indagaba si tenía o no blog, la o las personas, era un medio veloz para conectar con personas afines, al mencionar ''conectar'' me refiero a mantener el hilo conductor a sus letras, pero sé que también hay gente que solo busca aumentar el número de seguidores y está bien, cada uno lo que le gusta
ResponderEliminarSaludos