He
llegado a la conclusión que las dos cosas más importantes en la vida son: los
buenos amigos y un buen bullpen. (Bob Lemon, lanzador y manager)
Los reflectores en un equipo siempre van
sobre las grandes estrellas, esos jugadores que reciben los cheques de millones
de dólares por sólo unos meses de juego. El gran pitcher, el gran coreback, el
gran bateador, el gran corredor. Los que sonríen en las portadas del Sports
Illustrated.
Pero no importa que tengas a Barry Sanders
corriendo el balón y a Aaron Rodgers o Tom Brady mandando los pases, si no
tienes una línea ofensiva buena el señor Sanders no va a poder avanzar una sola
yarda, ni los otros misters van a poder lucirse lanzando si la línea no les da
tiempo para pasar o si su mayor preocupaci ón es evitar que
las alas defensivas y los linebackers los vapuleen.
De qué sirve que Clayton Kershaw tire un
juego de dos hits en siete entradas si el relevista llega a tirar bases por
bolas (y contra la base por bolas no hay defensa ya lo dijo el Mago) y a recibir
batazos por todos lados, y el otro relevo tampoco puede hacer su trabajo.
Simplemente no sirve. Recuerdo a mi admirado Curt Schilling devastado al ver
como Mitch Williams “the wild thing” echaba a perder ocho magníficas entradas
en 1993. Esperó diez años para ser campeón tirando tres juegazos.
Y entonces no importa cuanto le hayas
invertido a ese jugadorazo –te servirá sólo para vender jerseys–, la cosa es
que la línea ofensiva y el pitcheo de relevo o bullpen son fundamentales aunque
casi ningún fanático repare en ellos, son el motor que mueve el carrazo, sin
los que se diluye el brillo de las estrellas.
Según la película La teoría del todo, Stephen Hawking quizá no hubiera llegado a ser
quien fue de no ser por la intervención de su mujer, su maestro y sus amigos.
Quizá la depresión lo hubiera vencido y no habríamos conocido al genio. Al
menos respecto a lo que se ve en la película, porque podría tratarse de
estructura dramática simplemente. Alguien que te deje ver que vale la pena
intentar.
Familia o bullpen, amigos o línea
ofensiva. Ahí deben estar. Ningún hombre
es una isla.
*Hace varios años que pensé en la relación
entre la función de la línea ofensiva y el pitcheo de relevo, pero no se me
había ocurrido cómo poder decir algo más que eso.
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