lunes, 25 de octubre de 2021

La la what?


  

No sé si será que me acostumbré tanto a los finales felices que un término agridulce o de plano amargo me molesta bastante. Un final abierto donde podría pasar cualquier cosa pero no se nos asegura qué, se me queda incompleto. Quiero algo que al menos hasta donde ha llegado la historia las cosas parezcan resueltas, con una resolución satisfactoria.

Aunque quizá es tan en exceso agradable ver una historia resuelta de la mejor manera como una especie de paliativo frente a nuestra imperfecta vida. Al menos en la pantalla las cosas funcionan.

Recuerdo también el final de Girls, cuando parece que pese a todo Hannah y Adam terminarán juntos y, seguramente luego de tanta experiencia estarían preparados para vivir juntos de la mejor manera, las cosas ya no funcionan, ya no son como antes, la magia se extinguió. Lo que son cenizas ya no pueden arder a pesar de haberlo hecho antes con tal intensidad. Y nos volvemos a quedar con cara de: Pero por qué.

Creo que precisamente un final como el de La la land nos desconcierta tanto porque no sabemos soltar a las personas cuando deberíamos. Si todo parecía tan bello, si todo parecía tan perfecto. Qué difícil aceptar que una persona ya no es para ti, que quizá no lo fue nunca.

4 comentarios:

  1. Como bien insinúas, preferimos los finales felices, cerrados y sin lugar a dudas, porque, de ese modo, nos sentimos como si, por un momento, viviéramos en una zona de confort muy distinta a la triste realidad donde no siempre el amor acaba triunfando.
    Un abrazo.

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    1. Que al menos en las historias los finales sean felices y los héroes logren sus metas.
      Abrazos Josep.

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