martes, 26 de octubre de 2021

Vida beisbolera


 

Creo que nadie podría haber imaginado que Boston le iba a echar a perder dos salvamentos consecutivos al mejor pitcher cerrador de todos los tiempos, Mariano Rivera. No imagino al más entusiasta fanático creyendo que era posible que sus Medias Rojas pudieran llegar a la Serie Mundial, luego de estar 0-3 y a tres outs de la eliminación, precisamente teniendo a Mariano enfrente. Pero Boston fue campeón, la maldición del Bambino caducó y es el equipo con más títulos en este siglo.

Alguien ha dicho que lo más predecible de la vida es que es impredecible. Algún otro sentenció que si quieres hacer reír a dios debes contarle tus planes, cosa que supongo molestará escuchar a los creyentes en los decretos y en un universo complaciente y a nuestras órdenes. 

Así de impredecible es el beisbol. 

El pitcher más impresionante de la temporada puede ser agarrado a palos en postemporada, mientras que el novato al que no hubo otro remedio que darle una oportunidad con el Rosario en la mano, puede lanzar el partido soñado por cualquier lanzador. Con las bases llenas, el campeón de bateo de la liga puede batear para doble play pulverizando millones de ilusiones, de la misma forma que el pitcher de la liga americana puede dar de hit en la Serie mundial.

Cuántas veces habré visto todos estos escenarios en mi vida. A favor del equipo que apoyo y en su contra. 

Qué bases tiene en realidad un manager para decidir sacar a su abridor entregándole todo a lo que traiga en el brazo y en los nervios su relevista estrella. Cuántas veces no he visto que la titánica labor de un pitcher es tirada al caño en unos cuantos segundos.

Y recuerdo a Lennon: la vida es eso que pasa mientras estamos ocupados haciendo otros planes. Y un strike de vida siempre será suficiente, también.


No hay comentarios:

Publicar un comentario