Hubo un momento en estos pasados días prenavideños en que me sentí solo, realmente solo. Mis padres han decidido que sólo quieren pasar las navidades con mi hermana así que habían partido a Mazatlán y allá pasarían la noche buena. A Gil le tocaba pasar su primer semana de vacaciones con su mamá y Tamara tampoco estaba.
No estaban ellos, pero estaba Chave, estaba Viole y estaba Polo, siempre con una sonrisa dispuesta y una actitud tan cariñosa que me aprieta el corazón. Me invitaron a comer con ellos el 23, a cenar el 24 y a pasar unos días en Ixtapan de la Sal los días posteriores.
Con ellos siempre paso un buen tiempo, siempre disfruto cada minuto entre risas y "malas palabras". Siempre soy feliz siendo quien soy, y sintiéndome querido por ello.
Quería agradecerles su cariño en el brindis del 24 pero no pude. Las lágrimas y los sentimientos no me iban a dejar decir nada audible, pero las lágrimas también hablan.
Mi querida gente evaporó la soledad y la tristeza y la transformó en amor. Amor en todas sus formas. Son algunas de las personas que más quiero.
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