Recuerdo muy bien el playoff del
campeonato de la liga americana del 2004, se enfrentaban de nuevo Medias Rojas
y Yankees para ver quién de los dos iría a la Serie Mundial. Yankees había
eliminado a Medias Rojas el año anterior cuando la necedad de Pedro Martínez y
la estupidez del manager se juntaron para que Yankees volteara el marcador y
pusiera un clavo más sobre la maldición del Bambino.
Luego de terminar el tercer juego, en
Fenway Park (estadio de Boston), Boston estaba totalmente abatido. Había perdido
por paliza por segunda vez en la serie y estaba abajo 0 – 3, con la inminente
barrida del odiadísimo rival. Y aunque el pesimismo nos viene bien y damos todo
por perdido antes de alimentar la esperanza, uno tiene sus dudas. Había, aunque
pequeñísima, una esperanza para que Boston al menos no se fuera totalmente
humillado. Y como decía Yogui Berra, esto
no se acaba hasta que se acaba, y todos los beisboleros sabemos que las
grandes tragedias se fraguan con dos outs.
Yo no podía sufrir viendo el juego, tenía
que hacer muchos dibujos para un video de la escuela. Pero cada cierto tiempo
subía para ver si todavía había posibilidad de no ser barridos. Así, mientras
dibujaba y pintaba mis viñetas vi que ese cuarto juego era un juego parejo que
podría inclinarse hacia cualquier lado. Por ahí de la séptima u octava entrada
ya no regresé a tomar los lápices y las acuarelas, había llegado el momento de
la definición y Boston perdía por una.
Llegó la novena entrada y la imponente
aparición de Mariano Rivera, y como si de un script de película se tratara,
Boston le empató el juego al mejor cerrador que ha pisado las Grandes ligas.
Tres entradas después, jugando entradas adicionales, David Ortiz mandó la
pelota del otro lado del muro para dar la victoria y la esperanza a todo
Boston. David también decidiría el juego siguiente con un hit en la
entrada 14, y Boston terminaría haciendo lo que ningún equipo había hecho jamás,
con el deleite de hacerlo frente a su más odiado rival. Sólo quedaba ganarle a
Cardenales para eliminar por completo la maldición más famosa del deporte.
El ahora mítico David Ortiz, el famoso Big Papi, se retirará terminando esta
temporada. Podría retirarse como campeón ya que los Medias Rojas vienen jugando
bastante bien. De hacerlo se iría a casa con cuatro anillos de campeón, y un título
del Campeonato Mundial de Beisbol, como muy pocos han hecho, y con el
reconocimiento y admiración de todos los fans del beisbol.
Boston perderá a su líder. Un pelotero
ejemplar dentro y fuera del campo. Lo vamos a extrañar.
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