Un día me puse a pensar: estando rodeado de tan extraordinarios poetas, sería una gran estupidez no intentar aprender a escribir poesía, no hacerle caso a la mejor poeta que he leído (Morgana de Palacios), quien me ha invitado a intentarlo. Y bueno, después de aprender algunas cosas básicas y de recibir el cariño de mi gente, aquí está mi primer soneto.
Le agradezco enormemente a Rosario Alonso, Isabel Reyes, Gavrí Akhenazi y a Silvana Pressacco por el apoyo y la enseñanza. El soneto se lo dedico a mi querida matemáticapoeta.
Mastico
mis pesares sin tragarlos
andan
de un lado al otro de mi boca,
la
hiel se mete y jode lo que toca
hurgando
en los rincones, sin sacarlos.
Remiendo
mis heridas con saliva
apaciguando
un poco el desperfecto,
renuevo
los agravios, voy directo,
me
estrello y quedo siempre a la deriva.
Pero
no arreglo nada en mis quehaceres,
ni
salgo de este círculo vicioso;
mutilo
sin quererlo mis placeres,
mis
días y mis horas: es odioso
tener
en el desván tantos deberes,
sin salir de este enredo victorioso.
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