Juanga me reconforta pero a medias. Es tan cierto que yo estoy convencido de que tú no puedes ni aunque intentes olvidarme, siempre volverás, una y otra vez… pero la verdad es que no creo que me tengas rencor, no creo haberme hecho merecedor de eso, eso creo al menos. Y de que yo no tenga nada que sentir, pues cantarlo es contar la mentira más falsa que podría salir de mi boca, porque la cosa es que yo sí tengo demasiado que sentir y eso es lo peor.
O es tan cierto esto de que mientras tanto yo te seguiré esperando, no
me he querido ir para ver si algún día que quieras tú volver me encuentres
todavía, por eso aún estoy en el lugar de siempre, en la misma ciudad y con la
misma gente, para que tú al volver no encuentres nada extraño y sea como ayer y
nunca más dejarnos. Pero hasta ahí, porque yo sé que sí me quisiste, que me
amaste y que como dice aquella otra canción aunque
te enamores y aunque nunca vuelvas vivirás pensando siempre siempre en mí. Y
siempre me llevarás y en tu corazón
viviré. Mucho alarde de mi parte, pero es lo que sé.
Y entonces Te lo pido por favor llega distinto de lo que lo hacía meses atrás.
Ahora duele.
Y Abrázame
muy fuerte es una esperanza.
Y a veces parece que sólo me queda cantar que
con todo y mi tristeza me enseñé a no
olvidarte, me enseñé a vivir sin verte pero sin acostumbrarme y aunque muero
cada día por tu ausencia que es dolor, moriré con la conciencia tan tranquila
por tu amor. Pero qué maravilloso y qué final tendrá mi vida (…) tú vas a ser
la culpable de que yo muera de amor.
De Ya
lo sé que tú te vas o de Querida mejor
no hablemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario